La diabetes es uno de los trastornos metabólicos más comunes y afecta a más de 37 millones de estadounidenses. Aunque nunca se puede prevenir del todo la aparición de la diabetes, el cuidado de la salud general tendrá efectos positivos. Un estudio a gran escala profundiza en la conexión entre la salud intestinal y la diabetes. ¿Qué dicen los datos? Esto es lo que hay que saber sobre el microbioma intestinal en general y cómo su salud puede afectar a las probabilidades de desarrollar diabetes.
¿Qué es el microbioma intestinal?
El microbioma intestinal se define como el conjunto de microbios que viven en el sistema intestinal. Estos microbios abarcan una amplia gama de diferentes tipos de bacterias, virus y hongos. Aunque algunos tipos de microbios son peligrosos para la salud, también hay microbios saludables que refuerzan la función inmunitaria y desempeñan un papel crucial en el proceso digestivo.
Debido a este yin y yang, es importante que el intestino albergue el equilibrio adecuado de bacterias. Una serie de factores ambientales pueden causar estragos en el microbioma del cuerpo, desencadenando un mayor riesgo de desarrollar una variedad de condiciones de salud adversas. Esto incluye una mayor propensión a desarrollar alergias, problemas de salud mental, enfermedades cardiovasculares y más. En los últimos años, también se ha establecido una conexión entre la salud intestinal y el riesgo de diabetes.
La conexión entre la salud intestinal y la diabetes
Un estudio publicado recientemente en Nature Medicine da más credibilidad a la creencia de que el tipo correcto de microbios intestinales puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2. En el estudio, los investigadores analizaron una serie de datos sobre el microbioma de los participantes, así como sus hábitos dietéticos y biomarcadores individuales.
Lo que descubrieron es que había una fuerte conexión entre lo que comían los participantes y los niveles de determinados biomarcadores metabólicos de enfermedades como la diabetes de tipo 2. De hecho, los investigadores señalaron que la salud del microbioma mostraba una asociación más fuerte con estos biomarcadores que incluso la genética.
Por ejemplo, un microbioma con abundancia de las especies Prevotella copri y Blastocystis se relacionó con un nivel de azúcar en sangre más óptimo después de comer. Hubo una serie de especies adicionales que se relacionaron con niveles más bajos de grasas en sangre después de comer. Los investigadores estaban tan seguros de estos hallazgos que detallaron cómo los datos del microbioma de una persona podían utilizarse para predecir el riesgo individual de ciertas enfermedades cardiometabólicas, incluso en ausencia de síntomas.
La salud intestinal y la diabetes de tipo 1 en los niños
Además de la conexión entre la salud intestinal y la diabetes en general, los científicos también están estudiando la relación entre la función del microbioma intestinal y la aparición de la diabetes de tipo 1 en los niños. Un estudio publicado en la revista Diabetes Care de la Asociación Americana de Diabetes detalla cómo los investigadores encontraron una relación entre la diabetes de tipo 1 en los niños y una menor diversidad de la microbiota. Esto significa que los niños del estudio con diabetes de tipo 1 mostraban mayores niveles de citoquinas proinflamatorias y lipopolisacáridos. Es un hecho médico bien conocido que la inflamación contribuye de forma significativa al desarrollo de enfermedades autoinmunes.
Los investigadores también descubrieron que los niños diagnosticados con diabetes de tipo 1 presentaban a su vez un mayor nivel de permeabilidad intestinal, lo que se conoce como síndrome del intestino permeable en términos sencillos.
Cómo promover una salud intestinal óptima
Ahora que se sabe que la salud del intestino puede influir en las probabilidades de desarrollar diabetes, probablemente se quiera saber qué se puede hacer ahora para fomentar un sistema que funcione bien. He aquí algunas formas de favorecer una salud intestinal ideal.
Nutrir el cuerpo
Comer una gran variedad de alimentos es una de las mejores maneras de mejorar la salud intestinal. Hay que elegir alimentos ricos en fibra y en vitaminas y minerales. La piedra angular de la dieta diaria deberían ser los cereales integrales, las verduras, las frutas, las legumbres y las judías.
Centrarse en los alimentos fermentados
Aunque llevar una dieta centrada en los alimentos integrales es un buen comienzo para mantener una buena salud intestinal, también hay que ser diligentes a la hora de incluir alimentos fermentados. Algunas buenas opciones son el yogur, el tempeh, el kimchi, el kéfir y el chucrut.
Tomar un suplemento probiótico
Si bien es cierto que se pueden encontrar estos organismos vivos en los alimentos, un suplemento añade una capa adicional de seguridad. Se ha demostrado que los probióticos potencian la función del microbioma ayudando a restablecer la salud del intestino, sobre todo en personas con problemas de salud preexistentes.
Es importante entender que lo que comes afecta a algo más que a la salud general y a la cintura. Lo que se introduce en la boca es también lo que alimenta a los billones de microbios que residen en el intestino. Sin la alimentación adecuada, estos microbios no prosperarán ni se desarrollarán de forma que ofrezcan una salud óptima.