La diabetes de tipo 2 es un problema cada vez mayor, sobre todo para las personas que viven en Estados Unidos y siguen una dieta occidental típica. Como consecuencia de las enormes cantidades de azúcar refinado, alimentos procesados y grasas poco saludables que se consumen, millones de personas han adquirido sobrepeso o son clínicamente obesas. Y, por desgracia, la mala elección de alimentos puede no ser la única culpable: un nuevo estudio ha revelado que un aditivo alimentario común está relacionado con la diabetes, lo que aumenta la preocupación de que nuestros conservantes alimentarios puedan estar haciendo más mal que bien.
Un nuevo estudio relaciona un aditivo alimentario específico con la diabetes
Es bien sabido que la obesidad aumenta el riesgo de desarrollar diabetes. Ahora, una nueva investigación ha descubierto que un aditivo alimentario específico puede agravar aún más este riesgo. Este aditivo es un compuesto antimoho que nuestro cuerpo también produce de forma natural, hecho que le permite prosperar en el microbioma intestinal. Cuando este compuesto existe en estado natural, se denomina propionato. Cuando se fabrica para alimentos, se denomina E282, y es más común encontrarlo en productos horneados. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) y otros organismos sanitarios mundiales, el propionato se encuentra en gran parte de los alimentos procesados. Se suele añadir a postres que llevan huevo y otros productos lácteos, así como a cereales, tripas de salchichas, bebidas deportivas y quesos.
La última investigación sobre el propionato se basó en un estudio anterior de 1912, que descubrió niveles elevados de glucosa en perros a los que se administraron grandes dosis de propionato. En el nuevo estudio, realizado en la Universidad de Tel-Aviv, se utilizaron ratones en lugar de perros, pero los resultados fueron similares: los niveles de glucosa en sangre de los ratones eran mucho más elevados tras haber recibido dosis de propionato. Al aumentar los niveles de dos hormonas específicas (glucagón y FABP4), el propionato incitó al hígado a producir cantidades excesivas de glucosa. En respuesta, mayores niveles de insulina inundaron el torrente sanguíneo. Unos niveles más elevados de insulina pueden llevar al organismo a desarrollar resistencia a la insulina, que es una característica definitoria de la diabetes de tipo 2.
Los investigadores hallaron los mismos resultados al probar la hipótesis en sujetos humanos. Los sujetos que recibieron dosis elevadas de propionato experimentaron un aumento de los niveles de glucosa en sangre, mientras que los que siguieron una dieta sana no experimentaron los mismos cambios. Además, los investigadores descubrieron que retirar el propionato a los sujetos de prueba ayudaba a que los niveles de azúcar en sangre volvieran a la normalidad. Esto sugiere que los efectos del aditivo son reversibles si se evita una futura exposición.
Los peligros de los aditivos químicos
Hoy en día, es una práctica ampliamente aceptada que los fabricantes de alimentos añadan sustancias químicas a nuestros alimentos. Los aditivos son compuestos que se incluyen en los alimentos procesados para crear colores, texturas y sabores que los hagan más apetecibles, mientras que los conservantes son sustancias químicas que ayudan a mantener los alimentos frescos y seguros para el consumo. Organizaciones como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, del inglés Food and Drug Administration) se encargan de garantizar la inocuidad de estos aditivos y conservantes, pero sólo pueden basar sus pruebas en los resultados de las investigaciones disponibles en la actualidad. Como resultado, algunos conservantes y aditivos se consideran seguros y se añaden a los alimentos, aunque las pruebas futuras revelen que en realidad son perjudiciales para la salud humana.
Aditivos alimentarios peligrosos
- Colorantes alimentarios. Se ha descubierto que ciertos colorantes alimentarios aumentan la hiperactividad en los niños. En concreto, los padres deben evitar el amarillo 5 y 6, el rojo 3 y 40, el azul 1 y 2, el verde 3 y el naranja B.
- Aceite vegetal parcialmente hidrogenado. Las grasas trans de este aceite de cocina común aumentan los riesgos de colesterol alto y enfermedades cardiacas.
- Sacarina. Aunque este edulcorante artificial ayuda a los diabéticos a controlar los niveles de azúcar en sangre, también se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer.
- Bromato de potasio. Aunque este aditivo ha sido identificado como agente cancerígeno, todavía puede encontrarse en productos de panadería en EE.UU. y Japón.
- Glutamato monosódico (GMS). Para las personas más sensibles, el glutamato monosódico puede provocar náuseas y vómitos, así como fuertes dolores de cabeza. También se ha relacionado con muertes de origen cardiaco.
- Jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF). Se ha demostrado que esta sustancia de uso común aumenta los riesgos de obesidad.
Conservantes a evitar
- Benzoato sódico. Se ha descubierto que este compuesto, que se utiliza para evitar el crecimiento de hongos y bacterias, provoca cáncer.
- Nitrito/nitrato de sodio. Este compuesto conservante de la carne es otro carcinógeno que debe evitarse.
- Olestra (también conocida como olean). Se trata de un compuesto utilizado en la fabricación de patatas fritas sin grasa. Se ha descubierto que provoca calambres estomacales y otros problemas digestivos.
- Sulfitos. Los sulfitos se encuentran habitualmente en vinos y frutas, donde se utilizan para evitar la fermentación y otros tipos de crecimiento bacteriano. Estos compuestos pueden provocar reacciones alérgicas mortales en muchos casos.
- BHA y BHT. Estos compuestos ayudan a evitar la descomposición de los alimentos. También pueden ser cancerígenos, por lo que deben evitarse siempre que sea posible.
Formas naturales de mantener bajo control el azúcar en sangre
Los nuevos hallazgos que relacionan el aditivo alimentario propionato con la diabetes están inspirando a muchas personas a modificar sus dietas. En particular, se ha renovado el interés por mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre. Mediante el empleo de estas sugerencias, se puede trabajar para mantener niveles saludables de azúcar en la sangre, lo que puede ayudar a prevenir la producción excesiva de insulina.
Consumir alimentos en función del índice glucémico
El índice glucémico clasifica los alimentos en función de los efectos que tienen sobre los niveles de azúcar en sangre. Entre los alimentos que tienen un menor impacto sobre la glucemia se encuentran la mayoría de las verduras, las legumbres y las frutas con hueso.
Tomar tentempiés ricos en proteínas
Los tentempiés saludables ricos en proteínas ayudarán a aumentar los niveles de energía entre comidas. También contribuirán a evitar los tentempiés poco saludables.
Empezar con un desayuno saciante
Al hacer una primera comida que consista en proteínas y grasas saludables, le daremos a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita para mantener unos niveles de energía constantes durante más tiempo. A su vez, esto ayudará a nuestro cuerpo a quemar más glucosa a lo largo del día.
Consumir más fenogreco
El fenogreco es una especia que suele encontrarse en platos de Oriente Medio y Asia. Se recomienda su consumo porque ayuda al organismo a gestionar mejor los niveles de azúcar en sangre.
Añadir una ración de arándanos
Los arándanos, también conocidos como arándanos europeos, son muy eficaces para ayudar al organismo a mantener equilibrados los niveles de azúcar en sangre. Además, pueden ayudar a prevenir el daño a los vasos sanguíneos que a menudo resulta de niveles más altos de azúcar en la sangre.
Un estilo de vida más sano, que incluya cambios en la dieta y un aumento de la actividad física, puede ser útil para mantener la glucemia bajo control. Para obtener más consejos sobre cómo mantener unos niveles saludables de azúcar en sangre de forma natural, o para someterse a una prueba de diabetes de tipo 2, se recomienda consultar al médico. Adoptar un estilo de vida más saludable será beneficioso para usted física, mental y emocionalmente.