Millones de personas luchan por conseguir un sueño adecuado y reparador. Nuevas investigaciones sobre el sueño y la salud sugieren que no dormir lo suficiente puede tener efectos más graves sobre la salud de lo que se pensaba.
¿Alguna vez le ha costado conciliar el sueño? ¿Se ha despertado de un sueño profundo sin poder volver a dormirse? Si es así, no está solo. Los trastornos del sueño son un problema frecuente que deja a muchas personas fatigadas y somnolientas a lo largo del día. Sin embargo, los efectos pueden ir mucho más allá de sentirse temporalmente demasiado cansado. Nuevos estudios han encontrado vínculos entre el sueño y la salud que sugieren que dormir lo suficiente y con calidad es una de las partes más importantes de un estilo de vida saludable.
Sueño y salud: Efectos inmunitarios
Muchas personas notan que son más propensas a enfermar cuando están sobrecargadas de trabajo o simplemente agotadas. La investigación científica corrobora esta observación. Los estudios sobre gemelos han descubierto que, incluso entre gemelos idénticos, el gemelo que no duerme lo suficiente tiene más probabilidades de enfermar cuando ambos están expuestos a bacterias o virus. También tienen niveles considerablemente más bajos de glóbulos blancos circulantes en el torrente sanguíneo, que son la primera línea de defensa contra los agentes patógenos.
Esto es especialmente importante si se tiene en cuenta que los occidentales duermen menos que nunca, hasta una o dos horas menos por noche. Esto puede tener un efecto muy negativo en nuestro sistema inmunitario, del que dependemos para mantener alejados a los agentes patógenos extraños y combatir a los que de algún modo traspasan nuestras barreras. El resultado es que podemos ser más propensos que nunca a las infecciones, pasar más días enfermos y vivir con mayor riesgo de desarrollar una infección que puede ser mortal.
Deterioro cognitivo: ¿Un efecto secundario del insomnio?
Los trastornos del sueño también pueden influir en la capacidad de pensar y recordar. Los médicos hicieron pruebas con ancianos con trastornos cognitivos y sin ellos. Descubrieron que las personas con mejor capacidad cognitiva también tenían mejores patrones de sueño. También se ha encontrado una relación similar en otros estudios: Las personas mayores que duermen bien sufren menos la pérdida de habilidades cognitivas que asociamos al envejecimiento. Aunque pensamos en la jubilación como una época de descanso, parece que muchas personas mayores no duermen lo suficiente.
Esto tiene un sentido intuitivo para las personas que han sufrido una noche de insomnio o incluso jet lag. La mayoría de las personas que no han dormido lo suficiente tienen problemas de concentración y memoria durante uno o varios días. Aunque se necesitan más estudios, es lógico que las personas que tienen problemas de sueño durante toda su vida puedan ver efectos a más largo plazo.
El ritmo circadiano de la salud respiratoria
Aunque pensamos en el asma como una enfermedad infantil, también afecta a muchos adultos. Ésta y otras enfermedades respiratorias crónicas son una de las principales causas de visitas a urgencias en Estados Unidos. Aunque la mayoría de los adultos con asma la desarrollan de niños, algunos no contraen la enfermedad hasta bien entrada la edad adulta. Médicos y científicos se han esforzado por determinar exactamente por qué ocurre esto. La obesidad, la contaminación y otros factores se han relacionado con el asma en adultos, pero el insomnio también parece desempeñar un papel. Los investigadores analizaron a adultos con trastornos del sueño y a los que no los padecían. Durante un periodo de 11 años, los que padecían trastornos del sueño tenían tres veces más probabilidades de desarrollar asma y otras enfermedades respiratorias.
¿Cómo puede relacionarse el asma con el sueño? Los investigadores creen que el efecto del insomnio sobre el sistema inmunitario puede tener parte de culpa. Las personas que no duermen bien tienen más probabilidades de vivir con altos niveles de inflamación, que es una característica clave del asma y de otras enfermedades respiratorias. Esta relación sugiere que la cuestión del sueño y la salud puede ser extremadamente importante para prevenir costosas enfermedades crónicas e incluso para evitar muertes por insuficiencia respiratoria.
En el dormitorio y más allá
Un último aspecto que, según los estudios actuales, puede verse afectado por el sueño es la sexualidad. En un estudio de casi 100.000 mujeres premenopáusicas y menopáusicas, los investigadores hallaron una clara relación entre la satisfacción sexual y la calidad del sueño. Las mujeres que afirman dormir entre siete y ocho horas por noche, lo que la mayoría de los investigadores consideran ideal, también tienen más probabilidades de experimentar una mayor satisfacción sexual.
Aunque la mayoría de la gente cree que la menopausia es una época en la que las mujeres pierden su deseo sexual, esto no siempre parece ser cierto. Más de la mitad de las mujeres que duermen lo suficiente afirman sentirse sexualmente activas y satisfechas con su vida sexual.
Muchos de estos nuevos vínculos entre sueño y salud son correlaciones, lo que significa que simplemente muestran una relación entre dos variables y no ofrecen pruebas definitivas de que una cause la otra. Sin embargo, está claro que dormir lo suficiente y con calidad es importante para mantener la buena salud de la que todos deseamos disfrutar a lo largo de nuestra vida.