Un nuevo estudio revela que la medicación para la tensión arterial puede ser más eficaz e incluso prevenir la muerte por enfermedad cardiovascular cuando se toma por la noche.
El tratamiento de la hipertensión, o tensión arterial alta, es un reto para muchos profesionales sanitarios. Aunque hay muchos medicamentos disponibles, puede ser difícil encontrar las combinaciones y dosis adecuadas que mantengan la tensión arterial bajo control con los mínimos efectos secundarios. Un nuevo estudio sugiere que el momento en que las personas toman su medicación para la tensión arterial puede ser un factor importante en el control de la hipertensión.
¿Cuáles son las causas de la hipertensión?
La hipertensión tiene varias causas. Con la edad, muchas personas desarrollan aterosclerosis o endurecimiento de los vasos sanguíneos. Esto impide que los vasos se estiren para adaptarse a los cambios en el volumen sanguíneo, lo que provoca una mayor presión en el sistema circulatorio. En segundo lugar, muchas personas también desarrollan depósitos de lípidos en las arterias a medida que envejecen, lo que estrecha aún más los vasos sanguíneos y eleva la presión.
Un último factor de la tensión arterial muy tratable es el sistema renina-angiotensina-aldosterona, o SRAA. Este sistema libera hormonas que controlan la excreción de líquidos y electrolitos. La retención de líquidos y electrolitos como consecuencia de una actividad anormal del SRAA es una de las principales causas de hipertensión. Por este motivo, este sistema es el objetivo de las clases de medicación para la tensión arterial más utilizadas, incluidos los inhibidores de la ECA y los bloqueantes de los receptores de angiotensina (BRA).
El ritmo de la tensión arterial
El SRAA está estrechamente sincronizado y sigue un ritmo circadiano, lo que significa que la hipertensión también tiene un ciclo de 24 horas. En una persona sana, la tensión arterial aumenta poco antes de despertarse, cuando el SRAA se pone en marcha. Alcanza su punto máximo hacia el mediodía y luego desciende lentamente hasta la hora de acostarse. Alcanza su punto más bajo cuando la persona se duerme profundamente.
Sin embargo, en las personas con hipertensión, especialmente la hipertensión que no responde a la medicación, la presión arterial no desciende por la noche. Las personas con tensión arterial nocturna más alta, denominadas no hipertensas, son más propensas a sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, sobre todo a última hora de la noche y a primera hora de la mañana.
¿Puede ayudar el horario de la medicación para la tensión arterial?
En un estudio reciente de cronobiología, se hizo un seguimiento de personas con hipertensión durante más de cinco años. Algunos tomaban la medicación para la tensión por la mañana, que es lo habitual, mientras que otros la tomaban antes de acostarse.
Las personas que tomaban su medicación para la tensión arterial por la noche tenían la tensión más baja. Además, sufrieron un tercio menos de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Este no es el único estudio que sugiere que tomar la medicación para la tensión arterial por la noche tiene beneficios para la salud. Otro estudio reciente descubrió que las personas que toman su medicación por la noche tienen menos riesgo de desarrollar diabetes, una complicación frecuente en las personas hipertensas.
Cronofarmacología y asistencia sanitaria
La cronofarmacología, una subdisciplina de la cronobiología, es uno de los campos de la medicina que más rápido está creciendo. Casi todas las semanas se publican nuevos estudios que sugieren que el momento en que tomamos la medicación puede tener un enorme efecto sobre el tratamiento, los efectos secundarios e incluso las tasas de mortalidad. Los ritmos circadianos dictan casi todos los procesos celulares, incluido el modo en que utilizamos y metabolizamos los medicamentos.
Uno de cada tres adultos, unos 70 millones de estadounidenses, padece hipertensión. De ellos, sólo la mitad tiene la enfermedad bajo control. Estos nuevos estudios sobre cronofarmacología y medicación para la tensión arterial ofrecen la esperanza de que las personas puedan controlar mejor una enfermedad difícil de tratar y llevar una vida más larga y saludable.