Un estudio reciente, publicado en Mayo Clinic Proceedings, examinó la relación entre los niveles de calcio en sangre y el riesgo de parada cardiaca súbita.
La parada cardiaca súbita (PCS) se produce cuando el corazón deja de latir repentinamente debido a un mal funcionamiento de su actividad eléctrica. Según la Asociación Americana del Corazón, sólo en Estados Unidos sufren una parada cardiaca súbita fuera del hospital unas 350.000 personas al año. Alrededor del 90% de estos paros cardíacos súbitos provocan la muerte.
Recién descubierta la relación entre el bajo nivel de calcio y las paradas cardiacas
Los investigadores recopilaron datos del Estudio de Muerte Súbita Inesperada de Oregón para analizarlos con sus fines. Identificaron a 267 personas que sufrieron un PCS entre 2002 y 2015, además de 445 controles sanos. Los niveles de calcio en sangre de estos individuos se habían medido antes de su muerte. Los científicos descubrieron que el riesgo de sufrir una parada cardiaca súbita es 2,3 veces mayor en las personas con los niveles más bajos de calcio en sangre que en las personas con niveles normales. Esta correlación se mantuvo incluso después de tener en cuenta otros factores de riesgo. Sin embargo, aún se desconoce la razón de esta relación entre el calcio y la parada cardiaca; es necesario seguir investigando.
La cardiopatía coronaria se ha considerado la principal causa de parada cardiaca súbita. Sin embargo, el 50% de las mujeres y el 70% de los hombres que han muerto de parada cardiaca súbita no tenían antecedentes de cardiopatía. Esto, unido a la nueva relación descubierta entre los niveles de calcio y la parada cardiaca súbita, apunta a la urgente necesidad de que los investigadores identifiquen otros factores de riesgo de parada cardiaca para prevenir mejor estas muertes.
La parada cardiaca súbita, a su vez, está asociada a otras afecciones médicas importantes. Las personas que sufren una parada cardiaca súbita tienen más probabilidades de padecer diabetes, enfermedad renal crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La importancia de una ingesta adecuada de calcio
El calcio es el mineral más abundante del cuerpo humano. Alrededor del 99% de todo el calcio del cuerpo se encuentra en los huesos y los dientes, por lo que el calcio está estrechamente relacionado con la salud ósea. De hecho, el consumo adecuado de calcio es muy necesario para tener unos huesos fuertes. Una ingesta insuficiente de este mineral esencial puede dar lugar a una baja densidad mineral ósea, que puede desembocar en osteoporosis. Sin embargo, el calcio también es necesario para muchos otros sistemas del organismo. La función nerviosa y muscular, la dilatación y contracción de los vasos sanguíneos y la secreción hormonal también requieren una cantidad suficiente de calcio.
Ciertos grupos de personas corren un alto riesgo de no ingerir suficiente calcio. Quienes padecen intolerancia a la lactosa son candidatos probables, ya que no consumen productos lácteos ricos en calcio. Las personas que siguen una dieta vegana también corren el riesgo de padecer una carencia de calcio, ya que esta dieta suele contener altos niveles de ácidos fítico y oxálico de origen vegetal, que dificultan la absorción del calcio en el intestino. Un consumo elevado de sodio, cafeína, alcohol o proteínas (por ejemplo, en el caso de los culturistas) también puede aumentar el riesgo de carencia de calcio.
Los adultos mayores de 50 años son un grupo importante que debe vigilar especialmente su ingesta de calcio; esto es aún más cierto en el caso de las mujeres mayores, ya que los niveles de estrógeno caen en picado durante este periodo de la vida de la mujer y el estrógeno es una hormona importante para mantener una densidad mineral ósea saludable.
Ciertos trastornos médicos pueden interferir en la absorción del calcio, a saber, los trastornos intestinales y digestivos. Las personas que toman medicamentos corticosteroides durante largos periodos de tiempo también pueden estar en riesgo. Otros factores de riesgo de niveles bajos de calcio (o alto riesgo de osteoporosis) son fumar cigarrillos, ser inactivo físicamente y tener antecedentes familiares de osteoporosis.
Obtener suficiente calcio
Por supuesto, todo el mundo debería asegurarse de consumir suficiente calcio, pero estos son los grupos a los que hay que prestar especial atención. Obviamente, la mejor forma de consumir suficiente calcio es llevar una dieta sana. Los alimentos ricos en calcio son los lácteos, las verduras de hoja verde, el pescado graso y cualquier alimento enriquecido con calcio. También se necesita suficiente vitamina D para que el organismo absorba y utilice el calcio correctamente. Se puede obtener vitamina D en el pescado graso, la yema de huevo, los productos lácteos enriquecidos y las setas. Además, seguir una dieta rica en fibra es beneficioso para los niveles de calcio porque la fibra dietética ralentiza la digestión, dando al cuerpo más tiempo para absorber el calcio de los alimentos. Las personas que consumen mucho calcio tienen menos riesgo de padecer cáncer, hipertensión y diabetes.
Sin embargo, para algunas personas intentar comer muchos alimentos ricos en calcio puede no ser suficiente. Aquellos que entran en la categoría de personas con un alto riesgo de deficiencia de calcio (intolerantes a la lactosa, veganos, alto consumo de sodio, cafeína, alcohol o proteínas), o en la categoría de personas que necesitan más calcio que la media (personas con riesgo de osteoporosis, adultos mayores), deberían plantearse tomar un suplemento dietético con calcio además de seguir una dieta nutritiva. De esta forma, la ingesta de calcio resulta más cómoda y predecible.
Los adultos deben consumir al menos 1.000 miligramos de calcio al día, incluido el calcio que obtienen de la dieta. Las mujeres mayores de 50 años y los hombres mayores de 71 deben consumir al menos 1.200 miligramos diarios en total.
Se recomienda consultar al médico antes de tomar un suplemento de calcio si se está tomando actualmente:
- antibióticos
- bifosfonatos
- medicamentos para la tensión arterial
- bloqueantes cálcicos
- hormonas tiroideas sintéticas