Se calcula que la demencia afecta a unos 47 millones de personas en todo el mundo. En la actualidad, los científicos están aprendiendo cada vez más sobre cómo el ejercicio previene la demencia a medida que se envejece. Entender esta devastadora condición de salud cognitiva y lo que puede hacer para mitigar la amenaza en la vida impulsará la salud y el bienestar general a medida que envejece.
¿Qué es la demencia?
Demencia es un término general utilizado para describir una amplia gama de condiciones cognitivas. Estos tipos de trastornos cerebrales afectan a la comunicación, la memoria y la realización de actividades cotidianas. La demencia es una afección común asociada al proceso natural de envejecimiento. Las personas con demencia sufren una amplia gama de pérdidas de funcionamiento cognitivo en diferentes niveles de gravedad, dependiendo de la progresión de la enfermedad.
La enfermedad de Alzheimer es una forma específica de demencia, aunque también puede progresar como resultado de la aparición de la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington y otras. Las otras denominaciones más comunes de la demencia incluyen la demencia frontotemporal, la demencia con cuerpos de Lewy y la demencia vascular. La demencia mixta es el término utilizado para describir la combinación de dos o más subconjuntos diferentes de la enfermedad, como la combinación de Alzheimer y demencia vascular.
Señales y factores de riesgo de la demencia
Es importante entender que los primeros signos de demencia pueden variar mucho entre las personas. También hay que tener en cuenta que no todos los signos de olvido, especialmente a medida que se envejece, son síntomas de una demencia inminente. Algunos de los signos más comunes de esta afección son la dificultad para recordar, la confusión, los cambios de personalidad, el mal humor, el alejamiento de los seres queridos, la disminución de los niveles de concentración y la pérdida de la capacidad para realizar las tareas cotidianas.
Dado que las cifras de demencia aumentan a gran velocidad en EE.UU., los científicos han dado prioridad a aislar algunos de los factores de riesgo de esta enfermedad cognitiva que más se observan. Hay dos tipos principales de factores de riesgo asociados a la demencia. Factores como la edad y la genética no pueden modificarse. Sin embargo, hay una serie de factores de riesgo relacionados con el estilo de vida que están bajo el control del paciente. Estos factores de riesgo son el tabaquismo, el sedentarismo y una mala alimentación.
Cómo el ejercicio previene la demencia
Dado que uno de los factores de riesgo asociados con un mayor riesgo de desarrollar demencia es un estilo de vida sedentario, no es sorprendente saber que el ejercicio puede reducir el riesgo individual. Un nuevo estudio realizado con pacientes de la Administración de Salud de Veteranos (VHA, abr. de Veterans Health Administration) ha demostrado que el ejercicio físico puede reducir el riesgo de desarrollar demencia en un 33%.
Los científicos de este estudio examinaron a más de 649.000 veteranos militares de entre 30 y 95 años, analizando sus historiales médicos durante una media de más de ocho años. Los datos demostraron que los sujetos con peor estado físico corrían un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y trastornos relacionados (ADRD, abr. de Alzheimer’s Disease and Related Dementias) más adelante. En el lado opuesto del espectro, los individuos definidos como altamente en forma tenían un menor riesgo de desarrollar ADRD.
Uno de los investigadores principales de este estudio dijo que, aunque no se puede probar que los bajos niveles de aptitud física declarados no hayan causado explícitamente la demencia, la asociación entre los dos factores era tan clara que resultaba muy convincente.
Cómo favorecer una buena salud cognitiva
La mejor manera de evitar la demencia de forma natural es tomar medidas para mantener una salud cognitiva óptima. Además de hacer ejercicio con regularidad, he aquí algunas de las mejores formas de mejorar el funcionamiento del cerebro.
Ejercitar el cerebro
El cuerpo no es lo único que hay que ejercitar. También es una buena idea entrenar el cerebro participando en actividades estimulantes como hacer un rompecabezas o leer. Este tipo de actividad impulsará la conexión entre las células cerebrales del cuerpo, apoyando el desarrollo cognitivo en el camino.
Llevar una dieta saludable
Lo que se introduce en el cuerpo tiene un impacto significativo en la salud de la mente. Es importante consumir alimentos integrales que estén mínimamente procesados. Las dietas como el plan Paleo tienen un alto contenido de elementos antiinflamatorios que reducen el riesgo de deterioro cognitivo.
Tomar el sol
Si bien es cierto que hay que tener cuidado con la exposición al sol, también hay que asegurarse de que se consume mucha vitamina D. La deficiencia de vitamina D se ha relacionado con una mayor incidencia de desarrollo de demencia.
Eliminar toxinas
Las toxinas son un poderoso desencadenante de la demencia. Por eso es importante hacer todo lo posible para evitar toxinas como los pesticidas e insecticidas, el uso excesivo de sustancias químicas en los productos de higiene personal y los aditivos peligrosos de los productos de limpieza del hogar. Evitar estas toxinas es especialmente importante cuando se sabe que se corre un mayor riesgo de padecer problemas cognitivos por motivos genéticos.
Potenciar el juego de suplementos
Hay una serie de suplementos que han demostrado ayudar a mantener una función cerebral saludable. Un suplemento como Neurochron® cuenta con una innovadora combinación de extractos de plantas, vitaminas y minerales diseñada para fomentar un rendimiento cognitivo y un bienestar óptimos.
Equiparse con los conocimientos y las sustancias necesarias para fomentar una buena salud cognitiva puede contribuir enormemente a reducir el riesgo de desarrollar demencia al envejecer. Los beneficios de tomar estas medidas proactivas irán mucho más allá de la simple reducción de la amenaza de demencia.