Para muchas personas, los largos y oscuros meses de invierno son un motivo para encerrarse en casa. Para otros, sin embargo, el invierno también puede significar un aumento de la actividad física. Hay muchas aficiones al aire libre que requieren un clima frío, como el esquí y el trineo. Además, para los habitantes de muchas zonas, el frío supone un aumento de las tareas domésticas, como palear la nieve recién caída. Sin embargo, puede haber buenas razones para evitar algunas de estas tareas. Según una nueva investigación, palear la nieve aumenta el riesgo de sufrir un infarto de miocardio y otros episodios cardiovasculares potencialmente mortales.
El frío y la salud cardiovascular
El frío conlleva diversos riesgos para la salud cardiovascular. Cuando pasamos frío, nuestro cuerpo contrae los vasos sanguíneos. Esto ayuda a conservar el calor corporal, pero también aumenta la presión arterial al tiempo que disminuye el riego sanguíneo. Combinado con una actividad extenuante, este factor por sí solo puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. El frío también puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, que pueden obstruir fácilmente estos vasos sanguíneos constreñidos.
Además, el invierno trae consigo varios riesgos relacionados con el comportamiento humano. Las festividades de la estación incluyen a menudo comidas ricas o grasas, consumo de alcohol e incluso tabaco. Esto supone una carga aún mayor para el corazón. Además, muchas personas son más sedentarias durante los meses de invierno y se ponen algo fuera de forma. Emprender de repente una actividad muy física sobrecarga su organismo.
Cómo palear la nieve aumenta el riesgo de infarto
Teniendo en cuenta cómo afecta el frío al sistema cardiovascular, no debería sorprendernos que palear la nieve sea una actividad especialmente arriesgada. De hecho, estudios recientes demuestran que las nevadas intensas (20 centímetros o más) se correlacionan con un 16% más de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio en la población general y un 34% más en los hombres. De hecho, se ha demostrado que palear la nieve aumenta las probabilidades de sufrir un infarto más que estar en una cinta de correr o realizar cualquier otra actividad extenuante.
Los investigadores creen que esto se debe a los efectos del frío, pero también a algunas características únicas de esta tarea. En primer lugar, se trata de una actividad muy agotadora en la que intervienen principalmente los músculos de las extremidades superiores. Estos músculos pueden fatigarse con mayor facilidad, lo que aumenta la presión arterial y el riesgo cardiovascular. Además, la mayoría de la gente sale a quitar la nieve por la mañana, cuando somos especialmente propensos a sufrir eventos cardiovasculares debido a nuestros ritmos circadianos. El cortisol y otras sustancias bioquímicas que aumentan el esfuerzo cardiovascular están presentes en las cantidades más elevadas en las horas inmediatamente posteriores a levantarnos.
¿Es palear la nieve el único riesgo?
La nieve no sólo trae consigo más tareas, sino también una gran variedad de actividades relacionadas con el tiempo. Muchas personas de todo el mundo disfrutan patinando sobre hielo, esquiando, practicando snowboard, deslizándose en trineo y mucho más. ¿Podrían estas actividades recreativas aumentar el riesgo de infarto tanto como palear la nieve? Está claro que serán necesarias más investigaciones para evaluar el riesgo derivado únicamente del frío. Sin embargo, está claro que las personas deben intentar mantenerse en buena forma durante los meses de invierno y evitar someter a su corazón a actividades como fumar o comer alimentos poco saludables. En general, las actividades invernales no suponen un riesgo para las personas que gozan de buena salud cardiaca. De hecho, mantenerse sano en invierno puede ser una decisión saludable para la mayoría de las personas.
Mantener una buena salud cardiaca todo el año
Tanto si se va a ejercitar con la nieve como si se va a lanzar a las pistas, es importante mantener el sistema cardiovascular en buen estado para reducir el riesgo de infarto. Hay varias formas de conseguirlo. En primer lugar, seguir una dieta sana baja en grasas saturadas, colesterol y sal. Aunque esto puede resultar difícil durante las fiestas, la moderación es la clave. En segundo lugar, hacer mucho ejercicio cardiovascular. La mayoría de los expertos recomiendan 150 de intensidad moderada o 75 minutos de actividad vigorosa a la semana. En general, el ejercicio cardiovascular es aquel que eleva el ritmo cardíaco y hace sudar.
Además, existen algunas sustancias naturales que pueden ayudarle a mantener una buena salud cardiovascular protegiéndole contra los radicales libres y contribuyendo al mantenimiento de unas células sanas. Entre ellos se incluyen:
- Vitaminas del grupo B, que, según varios estudios importantes, reducen las muertes por ictus e infarto de miocardio al disminuir los daños permanentes en el revestimiento interno de los vasos sanguíneos y otros delicados tejidos cardiovasculares.
- Vitamina C, que actúa como antioxidante y también favorece la salud de las células y los tejidos.
- Coenzima Q10, un potente antioxidante que previene el daño oxidativo de las células cardíacas y el ADN.
- Extracto de pepitas de uva, que disminuye la presión arterial sistólica al tiempo que reduce los efectos de los trastornos de la coagulación.
- Licopeno y luteína, antioxidantes que también protegen contra la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias) que se sabe que contribuye al infarto de miocardio y al derrame cerebral.
- Bioperine o extracto de pimienta negra, que ha demostrado aumentar la absorción y los efectos de otros suplementos naturales.
Este estudio no debe interpretarse como una advertencia contra la actividad física en los meses fríos. Se trata más bien de un estímulo para mantenerse activo y conservar una buena salud cardiovascular durante todo el año. Con una dieta adecuada, ejercicio y suplementos naturales, la mayoría de nosotros seguiremos quitando nieve (nos guste o no) durante muchas décadas.