Muchas personas que ya han intentado perder peso reduciendo las calorías conocen esta frustrante realidad: llega un momento en que el cuerpo deja de perder kilos. Percibe la reducción del consumo de calorías y reacciona ralentizando el metabolismo, quemando menos calorías que antes de la dieta. Esto sucede porque el cuerpo detecta una posible inanición y se adapta conservando energía mientras sigue realizando las funciones esenciales. Puede parecer increíblemente injusto que el cuerpo no reconozca el objetivo de perder peso y, en cambio, trabaje en su contra conservando calorías. Ahora, un nuevo estudio de la Universidad del Sur de Dinamarca ha descubierto una posible forma de mantener la quema de calorías incluso cuando el consumo de éstas es menor. Este descubrimiento podría ser especialmente importante para los pacientes que toman medicamentos para adelgazar o para la diabetes, como Wegovy y Ozempic.
Pérdida de peso mediante el control metabólico
Muchas personas que toman estos medicamentos se dan cuenta de que su pérdida de peso se estanca después de perder alrededor del 20-25% de su peso corporal. Según Kim Ravnskjaer, director del estudio y profesor asociado del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad del Sur de Dinamarca, este estancamiento se debe probablemente a la respuesta natural del organismo: “Al principio, las cosas suelen ir bien, pero cuando la gente pierde parte del peso que quiere perder, su progreso se detiene porque el metabolismo del cuerpo se ajusta”, explica. Si fuera posible controlar este ajuste metabólico, podría cambiar las reglas del juego para cualquiera que intente perder peso”.
Un fármaco capaz de contrarrestar este efecto podría prolongar los beneficios de tratamientos como Wegovy, que a menudo dejan de funcionar pasado cierto tiempo. Aquí es donde entra en juego el nuevo estudio de Kim Ravnskjaer y sus colegas, publicado en la revista Cell Metabolism . “Si pudiéramos desarrollar un fármaco que mantuviera la quema de grasas o azúcares a su alto nivel original, la gente podría seguir perdiendo peso más allá de la meseta habitual”, explica. Sin embargo, subraya que los hallazgos del equipo se basan actualmente en modelos de ratón, lo que significa que los ensayos en humanos están aún muy lejos y que los posibles tratamientos están aún más lejos en el futuro. El descubrimiento de los investigadores se produjo de forma inesperada cuando investigaban la función de un gen llamado Plvap en determinadas células hepáticas de ratón.
Entender el Plvap podría ayudar a los diabéticos a regular mejor sus niveles de azúcar en sangre en el futuro y allanar nuevos caminos para tratar la enfermedad
El equipo sabía por estudios anteriores que las personas que nacen sin este gen tienen problemas con su metabolismo lipídico, un vínculo que el equipo de investigación quería investigar. Resultó que el gen Plvap permite que el metabolismo del cuerpo pase de quemar azúcar a quemar grasa durante el ayuno. Y cuando el Plvap se desactiva -como hicieron los investigadores en sus ratones de laboratorio-, el hígado no reconoce que el cuerpo está en ayunas y sigue quemando azúcar. En otras palabras, el equipo de investigadores ha encontrado una forma completamente nueva de regular el metabolismo del hígado, que podría tener aplicaciones médicas. Según los investigadores, si se pudiera controlar la quema de azúcar y grasas en el hígado, también podría aumentar la eficacia de los fármacos para perder peso y tratar la diabetes.
Además de la fascinante capacidad del knockout de Plvap para “engañar” al hígado haciéndole creer que no está en ayunas, los investigadores hicieron otras observaciones importantes en su estudio:
- La señal que desencadena los cambios metabólicos durante el ayuno procede de las células estrelladas del hígado y no de los hepatocitos, las células más abundantes del hígado encargadas de llevar a cabo los procesos metabólicos. Esto sugiere que las células estrelladas desempeñan un papel hasta ahora desconocido en el control del metabolismo hepático dirigiendo otros tipos celulares, lo que introduce un nuevo tipo de comunicación entre células.
- Aunque la grasa se redirigió a los músculos en lugar de al hígado, los ratones no mostraron efectos negativos. De hecho, mostraron una mayor sensibilidad a la insulina y menores niveles de glucosa en sangre.
Se sabe que unos niveles elevados de glucosa en sangre pueden provocar complicaciones crónicas en las personas con diabetes de tipo 2. La comprensión del Plvap podría ayudar a los diabéticos a regular mejor sus niveles de glucosa en sangre en el futuro. Este descubrimiento podría tener implicaciones de gran alcance, no sólo para el tratamiento de la obesidad, sino también para comprender mejor cómo se procesan la grasa y el azúcar en las enfermedades metabólicas. A largo plazo, podría abrir nuevas vías para el tratamiento de enfermedades como la diabetes de tipo 2 y la hepatopatía esteatósica.
El hígado sigue quemando azúcar
El equipo de investigadores descubrió que el gen Plvap, que interviene en el metabolismo de las grasas en los mamíferos, se expresa en las células estrelladas del hígado de los ratones. Esto resultó sorprendente, ya que las células estrelladas no se habían asociado anteriormente con el metabolismo de las grasas. Para investigarlo más a fondo, los investigadores desactivaron el gen Plvap en las células estrelladas y observaron a los ratones. Al principio se sintieron decepcionados: los ratones parecían completamente normales. Pero cuando les permitieron ayunar, todo cambió. Los hígados de los ratones eran incapaces de quemar grasa y producir cetonas, lo que ocurre en todos los mamíferos sanos durante el ayuno. Los programas metabólicos responsables de este proceso simplemente no se activaban. Aunque se liberó grasa del tejido adiposo al torrente sanguíneo, el hígado no la absorbió como se esperaba. En su lugar, los ácidos grasos se desviaron a los músculos esqueléticos. Curiosamente, un hígado sin el gen Plvap no “reconoce” que el cuerpo está en ayunas. Por lo tanto, sigue quemando azúcar en un proceso que parece ser beneficioso para el metabolismo general.