El azúcar está presente en la dieta moderna de múltiples formas. No sólo es un componente obvio de alimentos dulces como caramelos y postres, el azúcar también se esconde en muchos lugares inesperados. Muchos alimentos procesados, incluidos alimentos sorprendentes como los perritos calientes y las galletas saladas, contienen jarabe de maíz de alta fructosa y otros edulcorantes. A menudo elegimos bebidas azucaradas como bebidas energéticas, mokas y refrescos cuando necesitamos energía. El mundo occidental es insaciablemente goloso, lo que parece estar afectando a nuestra salud de diversas formas negativas.
Los efectos nocivos del alto consumo de azúcar
A muchos nos dijeron de niños que no comiéramos azúcar porque es malo para los dientes. Aunque esto es cierto, también tiene otros efectos nocivos. Un análisis reciente del azúcar ha descubierto que aumenta el riesgo de diabetes, trastornos metabólicos e incluso enfermedades cardiovasculares. El azúcar contribuye a la obesidad porque tiene muchas calorías y puede provocar fluctuaciones de insulina que llevan a comer compulsivamente. El consumo elevado de azúcar puede incluso crear adicción, ya que las personas suelen experimentar síntomas físicos de abstinencia cuando reducen su consumo.
Además, muchas personas toman bebidas con alto contenido en azúcar para rehidratarse. Esto también puede suponer un riesgo para la salud. Un estudio reciente descubrió que las ratas que tomaban bebidas azucaradas se deshidrataban más. En algunos casos, la deshidratación era tan grave que provocaba daños permanentes en órganos vitales como los riñones.
Abandonar el hábito del azúcar es un reto porque no sólo lo comemos, sino que también lo bebemos. Muchas de las bebidas que utilizamos para darnos el impulso energético que necesitamos están repletas de este dulce riesgo para la salud.
¿Son los edulcorantes artificiales una solución?
Los refrescos son una de las mayores fuentes de azúcar para muchas personas en el mundo occidental. Para reducir el consumo de azúcar, muchas personas optan por los refrescos light y otras bebidas edulcoradas artificialmente. Aunque esto reduce la cantidad de azúcar que se ingiere, los edulcorantes artificiales también pueden tener un coste para la salud. Un grupo de mujeres fue sometido a un seguimiento durante años, en el que los científicos controlaron su dieta y su salud. Al cabo de varios años, las que bebían tanto refrescos normales como dietéticos presentaban un mayor riesgo de diabetes de tipo 2 y otros síndromes metabólicos. Aunque se desconoce la razón exacta por la que los edulcorantes artificiales contribuyen a las enfermedades, los médicos recomiendan que las personas que busquen alternativas al agua con sabor opten por el té helado o el agua con zumo de cítricos.
Aún no hemos abordado la razón principal por la que muchas personas eligen refrescos, bebidas de café, bebidas energéticas y otras bebidas azucaradas. Muchos eligen estas bebidas no solo por el sabor, sino por la energía.
La epidemia más dulce
La diabetes y la obesidad son un riesgo sanitario creciente no sólo para los adultos, sino también para los niños. Para frenar el aumento de enfermedades, muchos expertos se plantean poner etiquetas de advertencia en las bebidas azucaradas. Mientras que muchos adultos pueden ignorar estas etiquetas para sus propias bebidas, los padres pueden ser reacios a comprar productos que las lleven para los niños. Los niños consumen más azúcar que en el año 2000, una tendencia que podría tener graves consecuencias a medida que crezcan y puedan tomar sus propias decisiones alimentarias. Concienciar a padres e hijos de las consecuencias para la salud de sus bebidas favoritas podría ayudar a inculcar hábitos saludables para toda la vida.
¿Está listo para reducir el consumo de azúcar, pero no sabe cómo pasar el día sin él? Existen varias alternativas sanas y naturales para aumentar la energía. Los suplementos de hierbas que contienen maca, ginseng y otras plantas medicinales pueden ayudar a aumentar la energía, al tiempo que aportan una serie de beneficios para la salud. Sin embargo, en lo que respecta a las bebidas, el agua sigue siendo la opción más saludable. Los estadounidenses tendrán que abandonar el hábito del azúcar para frenar el aumento de la obesidad y las enfermedades metabólicas, lo que supondrá un reto en una sociedad en la que los alimentos y las bebidas dulces son la norma.