Cada mes de mayo se designa como el Mes de la Salud Mental para concienciar sobre la importancia de cuidar la salud emocional y psicológica. La relación entre el COVID-19 y la depresión es cada vez más evidente, por lo que es esencial aprender a reducir los riesgos de sufrir episodios depresivos de forma natural.
¿Cómo se relacionan la COVID-19 y la depresión?
La depresión es siempre un tema oportuno de tratar, sobre todo porque muchas personas no prestan tanta atención a su bienestar mental como deberían. De hecho, una de cada cinco personas sufrirá algún tipo de enfermedad mental a lo largo de su vida, como depresión, ansiedad o trastorno bipolar.
El riesgo de depresión es especialmente grande, ya que los gobiernos están ampliando los cierres, las economías están sufriendo y la pandemia sigue extendiéndose. Todos estos factores contribuyen al estrés que afecta a nuestra salud mental y, para quienes tienen un mayor riesgo de sufrir episodios depresivos, ese estrés puede ser muy perjudicial.
El aumento del estrés también puede hacer que las personas sean más susceptibles de contraer esta enfermedad y otras enfermedades que pueden poner en riesgo su salud. Sabemos que las hormonas del estrés comprometen el funcionamiento del sistema inmunitario, por lo que no es de extrañar que las personas con mayor riesgo de depresión también se enfrenten a un mayor riesgo de contraer COVID-19.
Además, algunas personas a las que se les ha diagnosticado depresión pueden recurrir a recursos fuera del hogar. Las sesiones regulares con un terapeuta, el asesoramiento en grupo o la actividad física diaria son algunas de las actividades que ayudan a las personas a gestionar su depresión. La respuesta de los refugios a COVID-19 ha imposibilitado a muchas personas el acceso a estos recursos, dejándolas sufrir episodios depresivos más frecuentes o más graves.
¿Qué es la depresión?
La depresión también provoca una pérdida de interés por las actividades que normalmente se disfrutan, por lo que, aunque uno no se sienta triste, puede estar sufriendo un episodio depresivo. Este trastorno puede ser provocado por un acontecimiento vital traumático, como la muerte de un ser querido o la pérdida de un empleo, pero es posible que no se diagnostique una depresión a menos que los síntomas persistan durante un largo período de tiempo.
Síntomas y señales de la depresión
- tristeza
- pérdida de interés en actividades o aficiones
- pérdida de apetito y/o de deseo sexual
- cambios de peso inexplicables
- cambio en los hábitos de sueño
- inhibición de las capacidades cognitivas, como la pérdida de concentración
- fatiga
- sentimientos de incompetencia
- pensamientos sobre la muerte o intentos de suicidio
Causas de la depresión
Debido a la relación entre el COVID-19 y la depresión, es importante saber cuándo un ser querido puede estar sufriendo depresión. Aunque no se les haya diagnosticado la afección, se puede determinar un mayor riesgo de padecerla revisando los factores que aumentan la probabilidad de desarrollarla. Actualmente, esto es lo mejor que podemos hacer hasta que se descubra la causa subyacente. Estos factores incluyen:
- Herencia: Una historia de depresión en la familia.
- Conflicto o tragedia: Acontecimientos de la vida, como una disputa en curso o una muerte en la familia.
- Adicción: El abuso de sustancias puede causar, o empeorar, los episodios depresivos.
- Condiciones médicas subyacentes: Los trastornos del sueño, el dolor crónico o los trastornos cognitivos pueden conducir a la depresión.
- Medicamentos: La depresión puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos recetados.
¿Cómo se puede aliviar la depresión de forma natural?
Añadir más hierbas naturales a la dieta
Ciertas hierbas que se encuentran en la naturaleza tienen propiedades medicinales, y se ha descubierto que reducen la frecuencia o la gravedad de los episodios depresivos. Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que la hierba de San Juan ayuda a mejorar el estado de ánimo al provocar una mayor producción de serotonina, que es un neurotransmisor del “bienestar” en el cerebro.
Los ácidos grasos omega-3 también ayudan a aliviar los síntomas de la depresión porque contienen los dos compuestos (DHA y EPA) de los que suele carecer una persona con depresión. Otros compuestos naturales que se deben añadir a la dieta son el azafrán, la SAM-e (S-adenosilmetionina) y el folato.
Tomar un suplemento diario
Muchos suplementos contienen 5-HTP y triptófano. Estos compuestos son importantes, porque son precursores de la serotonina y pueden promover la producción de más de este importante neurotransmisor. Ciertos estudios han encontrado que tomar un suplemento que contenga 5-HTP de liberación rápida y triptófano de liberación prolongada puede ayudar a mejorar el estado de ánimo.
Hacer más ejercicio
Aumentar los niveles de serotonina en el cerebro es esencial para aliviar los síntomas de la depresión, y hacer más ejercicio es una de las mejores maneras de hacerlo. Al hacer ejercicio, el cerebro producirá esas buenas sensaciones en las que se basa el cerebro para regular el estado de ánimo. Aunque se recomiendan 30 minutos de ejercicio al día, una mayor actividad física ayudará al cerebro a liberar más serotonina.
Eliminar la cafeína
Cuando se habla de adicción, la gente suele pasar por alto el hábito de la cafeína. Por desgracia, la cafeína puede interferir en la capacidad del cerebro para regular de forma natural el estado de ánimo, además de afectar a los patrones de sueño. Si no se puede eliminar la cafeína de la rutina, hay que limitar su consumo a las primeras horas de la mañana.
En general, llevar un estilo de vida más saludable y eliminar cosas como el azúcar, el tabaco y el alcohol, es algo que ayuda a sentirse mejor. Esto puede contribuir en gran medida a que el cerebro regule su estado de ánimo de forma natural. De todas formas, si después de haber hecho estos cambios en la vida, se siguen produciendo episodios depresivos, hay que ponerse en contacto con un profesional de la salud mental inmediatamente.