Bewährtes: Ernährung und Darmbakterien beeinflussen das Krebsrisiko

Demostrado: La dieta y las bacterias intestinales afectan al riesgo de cáncer

Cada momento, hay billones de microorganismos residiendo en nuestro sistema digestivo. Algunas de estas especies de bacterias son beneficiosas, mientras que otras son perjudiciales. Aunque una de sus principales funciones es facilitar la digestión de los alimentos, en los últimos años la investigación científica ha revelado que las bacterias intestinales influyen en muchos aspectos de la salud, como el metabolismo y el sistema inmunitario. Por ejemplo, los bebés nacidos por cesárea tienen más probabilidades de sufrir problemas inmunitarios como asma y alergias. Esto se debe a que los bebés nacidos por vía vaginal reciben bacterias beneficiosas de la vagina de la madre que refuerzan su sistema inmunitario.

A medida que la investigación sigue estudiando la relación entre las bacterias intestinales y su repercusión en diversos aspectos de la salud, entre la creciente lista de problemas de salud en los que puede influir un microbioma intestinal poco saludable se encuentra el cáncer colorrectal.

Las bacterias intestinales afectan al riesgo de cáncer

Según el Instituto Nacional del Cáncer, el cáncer colorrectal es el cuarto tipo de cáncer más frecuente. Se calcula que en 2017 se produjeron aproximadamente 95.500 nuevos casos de cáncer de colon y 40.000 nuevos casos de cáncer de recto solo en Estados Unidos. Dado lo común que es esta enfermedad, la investigación en torno a la prevención y el tratamiento es de gran importancia para la salud pública. Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Communications, revela que existe una conexión más profunda de lo conocido entre el riesgo de cáncer colorrectal y las bacterias intestinales.

En este estudio se utilizaron células aisladas de ratón y humanas y se centró en el papel de los ácidos grasos de cadena corta o AGCC. Los AGCC son sustancias químicas producidas por las bacterias intestinales durante la digestión de frutas y verduras, y tienen muchos posibles efectos sutiles sobre la salud debido a su capacidad para entrar en las células intestinales humanas, afectando a la expresión génica y al comportamiento celular.

Los investigadores descubrieron que la presencia de muchos AGCC en el sistema digestivo humano puede aumentar las crotonilaciones, modificación de proteínas que puede activar o desactivar genes. Estas crotonilaciones se producen por la inhibición de una proteína llamada HDAC2. Los niveles elevados de HDAC2 se han relacionado anteriormente con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Los ratones con una baja población de bacterias intestinales tenían niveles más altos de HDAC2, lo que sugiere que un ecosistema microbiano interno próspero es importante para reducir el riesgo de cáncer. En resumen, una dieta rica en frutas y verduras aumenta la producción de AGCC, lo que a su vez inhibe la proteína HDAC2, relacionada con el cáncer colorrectal.

La fibra y el microbioma

Proven: Your Diet and Gut Bacteria Affect Cancer Risk 1¿Cómo pueden las frutas y verduras proteger contra el cáncer colorrectal? Uno de los principales factores es su contenido en fibra. Otro estudio, realizado en el Instituto Oncológico Dana-Farber de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard en Boston (Massachusetts) y publicado en la revista JAMA Oncology, descubrió que una dieta rica en fibra, en concreto, protege contra el cáncer colorrectal. Una dieta rica en fibra consiste en consumir abundantes frutas, verduras, alubias, legumbres y frutos secos, así como cereales integrales en lugar de refinados.

Aunque se suele hablar del microbioma intestinal en términos muy generales, dado que existen potencialmente millones de especies diferentes de bacterias que habitan en el cuerpo humano, algunas especies individuales se han relacionado con aspectos específicos de la salud. Se sospecha que una especie de bacteria, F. nucleatum, desempeña un papel en el desarrollo del cáncer colorrectal. En otras investigaciones, se ha descubierto que una dieta rica en fibra reduce el número de esta bacteria. Esto explica, al menos en parte, el mecanismo por el que una dieta rica en fibra reduce el riesgo de cáncer colorrectal.

Esta relación entre la ingesta de fibra alimentaria y el riesgo de cáncer colorrectal puede considerarse legítima, ya que el estudio fue muy amplio. Utilizó datos de más de 137.000 personas que formaban parte del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud y del famoso Estudio de Salud de las Enfermeras. Por el contrario, los investigadores descubrieron que una dieta rica en carnes rojas, como la ternera y el cerdo, y en carnes procesadas, como los perritos calientes, puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.

Bacterias intestinales y eficacia de la quimioterapia

Las bacterias intestinales no sólo influyen en el riesgo de cáncer, sino también en la respuesta al tratamiento. Un estudio publicado en la revista Nature ha demostrado que el microbioma intestinal influye en la respuesta del paciente a la quimioterapia. Dado que las bacterias intestinales y el sistema inmunitario están en constante comunicación, las bacterias intestinales pueden alterar la reacción del sistema inmunitario a los fármacos quimioterapéuticos. El microbioma también puede afectar a la activación de los propios fármacos.

La relación entre las bacterias intestinales y la eficacia del tratamiento contra el cáncer también se ha explorado en múltiples estudios con animales. Los ratones que han sido criados en un ambiente estéril desde su nacimiento, y que por tanto no tienen ningún tipo de bacteria intestinal, tienen niveles más altos de enzimas hepáticas que descomponen los fármacos quimioterapéuticos. Esto significa que los fármacos se descomponen más rápidamente y, por tanto, salen del organismo del animal con mayor rapidez, lo que reduce el tiempo de acción del fármaco y su eficacia. Dado que muchos fármacos de quimioterapia humana se administran en forma inactiva, para ser activados posteriormente por las enzimas hepáticas, este efecto del microbioma es de gran importancia clínica.

Aunque es necesario seguir investigando sobre este tema, en resumen, parece que tomar medidas para mantener un equilibrio fuerte y saludable de las bacterias intestinales puede reducir el riesgo de cáncer, así como mejorar los índices de recuperación en personas que ya lo han desarrollado.

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