En el mundo actual de las soluciones de alta tecnología, la comida rápida y otros avances modernos, todo lo que necesitamos está prácticamente al alcance de la mano y el trabajo manual a la antigua usanza es cosa del pasado. Pero cuidado: Las mismas comodidades que te ahorran tanto tiempo y esfuerzo pueden estar causando estragos en tus hormonas.
Desequilibrio hormonal: Un problema creciente en el primer mundo
No sólo la típica dieta occidental, rica en carbohidratos refinados y grasas saturadas, contribuye a unos niveles de estrógenos anormalmente altos, sino que la abundancia de ingredientes de soja en nuestros alimentos y los xenoestrógenos de nuestro entorno también desempeñan un papel importante. Sólo en EE.UU., los niveles de estrógeno son hasta un 100% más altos que en los países subdesarrollados, donde la dieta carece de alimentos procesados y donde las mujeres son naturalmente más activas en el día a día. Con disruptores hormonales en cada esquina, no es de extrañar que las mujeres en los EE.UU. y otros países desarrollados noten un cambio mucho más dramático cuando llega la menopausia – la caída de estrógeno que experimentan es mucho mayor debido a los niveles más altos de estrógeno promovidos por sus estilos de vida y entornos. Así que si quieres evitar las hormonas ocultas en tu entorno, aquí tienes algunos de los mayores culpables:
Xenoestrógenos
Los principales impostores de estrógenos a los que se enfrentan las mujeres hoy en día son los xenoestrógenos, sustancias químicas sintéticas -generalmente derivadas del petróleo- que actúan como estrógenos en el organismo. Los xenoestrógenos se encuentran casi en todas partes en el medio ambiente; están en la ropa sintética, jabón, chips de ordenador, plásticos y una miríada de otros artículos de los que dependemos todos los días. La exposición a los xenoestrógenos puede causar desequilibrios hormonales y contribuir al predominio de estrógenos en las mujeres. No sólo se ha demostrado que los xenoestrógenos causan defectos de nacimiento en estudios con animales, sino que también contribuyen al desarrollo de características femeninas en los hombres, como órganos sexuales más pequeños, desarrollo mamario, reducción de los niveles de testosterona y menor recuento de espermatozoides.
Fitoestrógenos
Los fitoestrógenos son compuestos vegetales químicamente similares a los estrógenos que actúan como estrógenos débiles en el organismo. Aunque pueden ser beneficiosos para la salud cardiovascular y ósea, también actúan como “disruptores endocrinos”, contribuyendo al desequilibrio hormonal. La soja, el fitoestrógeno más común, se encuentra en todo tipo de alimentos, desde los preparados para bebés hasta la proteína de soja utilizada en los alimentos procesados y sin carne. Otros alimentos que contienen niveles significativos de fitoestrógenos son la linaza, las semillas de sésamo, ciertas verduras como los brotes de alfalfa, las judías verdes y la berza, frutas como las ciruelas pasas y los melocotones y cereales como el trigo y la avena. Aunque es difícil evitar por completo los fitoestrógenos, consumirlos con moderación puede ser la mejor opción, sobre todo si sospecha que existe un desequilibrio hormonal.
Carne no orgánica
Aunque evites los alimentos ricos en carbohidratos refinados y grasas saturadas, la carne que comes puede contener disruptores hormonales ocultos. Si no está llena de antibióticos o aditivos químicos como el fosfato sódico y las proteínas hidrolizadas, probablemente esté repleta de hormonas como el estradiol (precursor del estrógeno), la progesterona y la testosterona, o incluso de hormonas sintéticas de las que probablemente nunca hayas oído hablar como el acetato de melengestrol, el acetato de trembolona y el zeranol. La mayoría de los productores de carne inyectan hormonas a su ganado para que crezca más deprisa, lo que permite venderlo más rápidamente y también reducir los costes de alimentación. ¿Las hormonas entran en tu organismo cuando comes carne de animales tratados con hormonas? Sí. Por lo tanto, pueden contribuir al desequilibrio hormonal de tu organismo. Si le preocupa el desequilibrio hormonal en la carne, vaya sobre seguro y compre sólo productos ecológicos.
Estrés
Es cierto: ¡demasiado estrés puede alterar tus hormonas! El cuerpo produce una cantidad limitada de muchas hormonas diferentes, como estrógeno, progesterona, testosterona, DHEA y cortisol, la hormona del estrés. Todas estas hormonas son intercambiables y el cuerpo las convierte en otras, dependiendo de las que más necesite en cada momento. En momentos de estrés, el cuerpo recurre a su reserva hormonal para crear más cortisol, la hormona del “estrés”, que es necesaria para ayudarle a lidiar con el estrés. Esto agota su cuerpo de hormonas más cruciales como el estrógeno, la progesterona o la testosterona. Es lógico que si estás en un estado constante o prolongado de estrés, se produzca un desequilibrio hormonal.
Falta de ejercicio
El ejercicio regular es clave para proteger contra el desequilibrio hormonal y mantener altos los niveles de energía tanto en mujeres como en hombres. Al hacer ejercicio, el cuerpo libera hormonas importantes para mantener un metabolismo y un estado de ánimo saludables. El entrenamiento de resistencia (levantamiento de pesas) también aumenta los niveles de testosterona, ayudando a aumentar la masa muscular, y mantiene controlados los niveles de estrógeno, ayudando a mantener a raya la dominancia de estrógenos y el desequilibrio hormonal. La falta de ejercicio desequilibra las hormonas porque contribuye a reducir sus niveles de testosterona y a aumentar los de estrógeno, así como a otros desequilibrios hormonales.