Muchas investigaciones anteriores se han dedicado a la miríada de beneficios para la salud que aportan los microbios que prosperan en nuestros estómagos. Estos microbios forman una colonia dentro del cuerpo conocida como microbioma, que consiste en billones de microbios que florecen en la nariz, el esófago, la boca y en el tracto gastrointestinal. En realidad, estos microbios nos ayudan al contribuir a la respuesta inmunitaria del organismo, favorecer el uso de vitaminas y nutrientes e incluso ayudar a potenciar el cerebro. De hecho, apenas estamos empezando a desentrañar las muchas formas en que estos microbios ayudan al funcionamiento de nuestro organismo.
Todos estos microbios beneficiosos funcionan de forma diferente, dependiendo de su ubicación en el cuerpo, y su rendimiento puede incluso variar de una persona a otra. Desde la genética hasta los factores ambientales, hay muchas razones por las que estos microbios funcionan de forma diferente en cada individuo. Aunque es posible que el microbioma no reaccione exactamente igual en todas las personas, sabemos que esta comunidad de microbios trabaja para prevenir las afecciones que causan la aterosclerosis.
Cuando una persona desarrolla aterosclerosis, la placa y otras sustancias extrañas se acumulan en las arterias, inhibiendo el flujo sanguíneo. La disminución del flujo sanguíneo es la causa principal de muchas afecciones cardiacas, incluidos los infartos. Sin embargo, un microbioma diverso puede promover el crecimiento de bacterias sanas que favorecen el flujo sanguíneo, al tiempo que interfiere en la producción de las bacterias nocivas que causan la inflamación de los vasos sanguíneos. Ahora, una nueva investigación arroja luz sobre cómo se relacionan exactamente las bacterias intestinales y la salud del corazón, lo que también podría explicar por qué la dieta y el ejercicio son tan importantes para nuestra salud en general.
Una nueva investigación explora la relación entre las bacterias intestinales y la salud del corazón
Un estudio reciente, realizado en el Departamento de Kinesiología de la Universidad Estatal de San Francisco (California), ha llevado un paso más allá investigaciones anteriores sobre las bacterias intestinales y la salud del corazón. Los resultados se han publicado por primera vez en la revista International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism. Ryan Durk y su equipo querían ver cómo se relacionaban la forma física y las bacterias intestinales, por lo que estudiaron a 20 hombres y 17 mujeres. Para ver cómo afectaba la forma física a la salud cardiovascular, el equipo sometió al grupo de prueba a entrenamientos regulares en cinta rodante. Además, tomaron medidas de la grasa corporal de cada individuo, utilizando un dispositivo “Bod Pod”. La máquina utiliza la pletismografía por desplazamiento de aire para comparar la masa grasa con la masa muscular magra de un individuo.
Otros factores que ayudaron al equipo de Durk a obtener sus conclusiones consistieron en diarios alimentarios y muestras de heces de cada participante. Las muestras de heces fueron especialmente útiles para determinar la salud intestinal, ya que la proporción entre firmicutes y bacteroides se considera un método fiable de medición. Normalmente, un desequilibrio entre estos dos tipos de bacterias indica obesidad, síndrome del intestino irritable y otras afecciones médicas relacionadas con la salud gastrointestinal.
Al comparar todos los factores, los investigadores descubrieron que las personas con un nivel más activo de aptitud cardiovascular también presentaban proporciones más elevadas de firmicutes y bacteroides. Se descubrió que los niveles más altos de firmicutes impedían la propagación de bacterias nocivas del intestino a otras partes del cuerpo. El Sr. Durk añadió que el revestimiento del intestino se veía reforzado por el aumento de firmicutes, lo que ayudaba a prevenir la aparición del síndrome del intestino permeable.
Dos maneras más de que un intestino sano mejore la salud del corazón
Aparte de la nueva conexión que vincula el ejercicio con la salud intestinal y la salud cardiaca, se ha demostrado que un equilibrio saludable de la microflora en el tracto digestivo favorece la salud del sistema cardiovascular de otras maneras.
Salud de las arterias
La revista European Heart Journal publicó los resultados de un estudio realizado en colaboración por la Universidad de Nottingham y el King’s College de Londres. Los investigadores descubrieron que una menor diversidad de bacterias intestinales en las mujeres provocaba un mayor endurecimiento de las arterias. Además de constatar que la diversidad de bacterias intestinales influye en la salud del corazón, el equipo de investigadores también descubrió que cambiar la dieta puede alterar significativamente ese equilibrio. Aunque los investigadores advierten que no se puede concluir que la disminución de las bacterias intestinales provoque enfermedades cardiovasculares, sí afirman que existe una relación entre ambos factores.
Algunas bacterias intestinales aumentan el riesgo de infarto e ictus
La relación entre las bacterias intestinales y la salud del corazón no siempre es positiva. Según la Dra. Elizabeth Klodas, algunas bacterias del estómago aumentan el riesgo de sufrir un ictus o un infarto. Además de su trabajo como cardióloga, la Dra. Klodas es redactora jefe de CardioSmart.org, una publicación periódica educativa para pacientes editada por el Colegio Americano de Cardiología.
La Dra. Klodas sostiene que algunas bacterias intestinales convierten la colina de la carne roja y los huevos en N-óxido de trimetilamina (TMAO). Este compuesto se ha relacionado con la enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECVA), que puede provocar eventos vasculares. Señala que el TMAO es responsable de una mayor probabilidad de que se formen coágulos de sangre en las arterias. Cuando esto ocurre, el resultado más probable es sufrir un infarto de miocardio o un ictus.
En apoyo de sus afirmaciones, la Dra. Klodas se refirió a un estudio de más de 2.000 pacientes. Dijo que, incluso después de calcular otros factores de riesgo, los recuentos más elevados de TMAO seguían presentando un mayor riesgo de ACVD y coagulación sanguínea. Añadió que las personas con recuentos más elevados de TMAO tenían cuatro veces más probabilidades de morir de un evento vascular en los cinco años siguientes.
Al examinar el modo en que las bacterias intestinales interactúan con el resto del organismo, empezamos a comprender por qué son tan importantes los alimentos que comemos. Al comer alimentos naturales más sanos, podemos dar a nuestro sistema digestivo las herramientas que necesita para fortalecer el resto del cuerpo. Siempre hemos sabido que comer bien nos hace más sanos, pero ahora empezamos a entender por qué es tan beneficioso para nuestro organismo.