Hace tiempo que se reconoce que el colesterol alto es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Durante muchos años, la teoría ha sido que la cantidad de colesterol en la dieta (alimentos que contienen colesterol) consumida estaba directamente relacionada con los niveles altos de colesterol en la sangre, contribuyendo al riesgo de enfermedades del corazón. Sin embargo, investigaciones más recientes han puesto en duda esta teoría, lo que ha desatado una controversia constante. Según las nuevas directrices de la AHA, basadas en una revisión de las investigaciones actuales, no existe ninguna relación entre el colesterol y la salud del corazón, pero se sigue aconsejando tomar medidas para proteger la salud cardiovascular.
La relación entre el colesterol y la salud del corazón
Para entender la última determinación de la Asociación Americana del Corazón, es necesario explorar las causas de las enfermedades del corazón y la relación entre el colesterol y la salud del corazón. La cardiopatía coronaria es el resultado que la enfermedad de las arterias coronarias tiene en el organismo, lo que demuestra que un problema en una parte del sistema cardiovascular puede provocar problemas en otras partes del cuerpo. Las arterias coronarias son las encargadas de llevar la sangre al corazón, pero la acumulación de placa en estas arterias inhibe ese proceso. Como resultado, el corazón no recibe el flujo sanguíneo que necesita para funcionar correctamente.
Esta condición se conoce comúnmente como isquemia y puede ocurrir de dos maneras. La isquemia crónica se produce a lo largo de un periodo de tiempo más largo, lo que permite que la placa se acumule en las paredes de las arterias a lo largo del tiempo e inhiba gradualmente el flujo de sangre al corazón. Este proceso suele comenzar en la infancia y progresar hasta la adolescencia, aunque puede no diagnosticarse hasta la edad adulta. Por otra parte, la isquemia aguda se produce cuando la placa se desprende repentinamente de la pared de la arteria y provoca una obstrucción, o coágulo, que interrumpe bruscamente el flujo de sangre al corazón.
La enfermedad puede estar causada por niveles bajos de HDL, o colesterol bueno, además de por la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo. Las mujeres embarazadas y los adultos mayores de 45 años también son más propensos a desarrollar la enfermedad coronaria. En el pasado, se creía que el consumo de alimentos ricos en colesterol era otro factor de riesgo, pero las noticias recientes de la AHA pueden disipar esa idea como mito.
La AHA determina que no hay relación entre el colesterol en la dieta y la salud del corazón
En el pasado, la Asociación Americana de la Salud sí relacionaba el colesterol en la dieta con la salud del corazón, aconsejando que la ingesta de colesterol se limitara a 300 miligramos al día, pero nuevas investigaciones han llevado a la organización a redactar esa restricción. Un grupo de investigadores, dirigido por la doctora Jo Ann S. Carson, que forma parte de la junta de nutrición de la AHA, revisó recientemente las directrices de nutrición que la AHA publica para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sus conclusiones llevaron a la Dra. Carson y a sus coautores del estudio a recomendar la eliminación de las restricciones sobre el colesterol.
La recomendación de eliminar las restricciones sobre el colesterol de las recomendaciones dietéticas fue el resultado de examinar las investigaciones existentes para encontrar una correlación entre el colesterol y la salud del corazón. Los investigadores señalaron que no pudieron encontrar una relación entre la ingesta elevada de colesterol y el aumento de los niveles de LDL (colesterol malo) en la sangre.
En lugar de limitar la ingesta de colesterol, las nuevas directrices recomiendan adoptar una dieta general más saludable que no se base en el recuento de cifras. Esto se debe, en parte, a que ciertos hábitos alimentarios pueden no ser tan poco saludables como parecen. Por ejemplo, comer al menos un huevo al día, un alimento rico en colesterol, puede reducir el riesgo de sufrir un ictus. Por ello, lo mejor es centrarse en el consumo de una dieta saludable que apueste por alimentos ricos en grasas poliinsaturadas en lugar de aquellos llenos de grasas saturadas. Los alimentos ricos en grasas saturadas también son ricos en colesterol, por lo que reducir su consumo de estos alimentos servirá para reducir de forma natural la ingesta de colesterol en la dieta. Como resultado, los niveles de LDL en sangre serán más bajos sin tener que contar cuántos miligramos de colesterol se consumen cada día.
¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca?
Añadir alimentos saludables para el corazón a la dieta
Una de las cosas más importantes que pueden hacerse por el corazón es darle el sustento que necesita. Esto significa adoptar una dieta más saludable basada en alimentos vegetales, cereales integrales y carnes magras. Las grasas saludables, las legumbres y los productos lácteos bajos en grasa pueden completar una dieta saludable para el corazón.
Reducir la ingesta de sustancias no saludables
Aunque el consumo de alcohol y de refrescos debe ser muy limitado para proteger el corazón, también hay que asegurarse de mantenerse alejado de otros alimentos y bebidas azucarados. También debe reducirse o eliminarse el consumo de sal. Además, los médicos recomiendan limitar la cantidad de carbohidratos procesados que se consumen a diario.
Tomar un suplemento
Se puede dar al corazón un aporte extra de vitaminas y nutrientes añadiendo un suplemento diario que proporcione los ingredientes naturales que el cuerpo necesita para luchar contra los radicales libres, al tiempo que ayuda a mantener el sistema cardiovascular en buen estado.
Dejar de consumir tabaco
Aunque fumar tiene efectos muy negativos en el sistema cardiovascular, el tabaco en otras formas también puede restringir el flujo sanguíneo. También puede dañar el corazón y otros órganos al inhibir la cantidad de oxígeno transportado en el suministro de sangre. Por ello, muchos fumadores y consumidores de tabaco padecen hipertensión y un aumento del ritmo cardíaco.
La actividad física es importante
Como mínimo, hay que intentar hacer de 30 a 60 minutos de ejercicio de intensidad moderada a alta cada día para mantener un corazón sano. Esto no significa que se tenga que pasar todo ese tiempo en el gimnasio. De hecho, es mejor para el corazón y los demás músculos del cuerpo si se realiza una amplia gama de actividades. Por ejemplo, se puede ir en bicicleta un día y nadar al día siguiente. El tiempo que se dedica a hacer más de una hora de ejercicio al día ayuda a que el corazón se fortalezca mucho más rápido.
Dormir lo suficiente
Dormir no sólo ayuda a la mente a descansar. Ayuda a que el corazón descanse y, durante el sueño, los músculos se curan y desarrollan masa. Si hay problemas para conciliar el sueño o mantenerlo, es conveniente buscar formas de hacer que el dormitorio sea más relajante. Por ejemplo, cambiar la ropa de cama, usar un antifaz y tapones para los oídos o escuchar música relajante. Alternativamente, tomar un suplemento como la melatonina podría contribuir a conciliar el sueño antes y a obtener un sueño de mayor calidad, en los casos de insomnio ocasional. Si de todas maneras el sueño sigue siendo un problema, pedir ayuda al médico.