Los seres humanos tienen una conciencia innata de las amenazas y peligros potenciales que les permite reaccionar en consecuencia. Los investigadores creen que estos comportamientos también podrían ser practicados por los sistemas internos del cuerpo, en particular el sistema inmunitario. La percepción de enfermedad, emociones negativas y otras características indeseables en una persona, lugar o situación puede hacer que uno ejecute la respuesta natural de evitar o escapar inmediatamente de esas personas, lugares y circunstancias.
El sistema inmunitario del comportamiento
Los investigadores en psicología teorizan que todas las personas poseen un “sistema inmunitario conductual”, además del bien documentado mecanismo de defensa biológica o sistema inmunitario físico, diseñado para proteger al organismo de invasores que puedan causar enfermedades. El concepto de sistema inmunitario conductual existe desde hace algo más de una década. Sin embargo, durante ese tiempo, numerosos científicos psicológicos y sociales han realizado estudios que ponen a prueba esta opinión. Uno de los ejemplos más recientes lo llevó a cabo un equipo de investigadores de la Universidad McGill de Montreal (Quebec, Canadá).
La percepción puede determinar la atracción o la repulsión
Estos científicos canadienses sugieren que los hábitos y acciones que exhiben algunos individuos pueden ser un factor determinante a la hora de que los demás los encuentren física o románticamente agradables. Los examinadores teorizan que las personas que muestran signos de enfermedad, como toser y estornudar, o las que exhiben una higiene deficiente, por ejemplo mal olor corporal o aspecto sucio y descuidado, reducen enormemente sus posibilidades de encontrar atracción física o incluso romántica.
El sistema inmunitario influye en el amor, según los investigadores
Los investigadores de McGill estudiaron los hábitos de cientos de personas heterosexuales solteras y las sometieron a encuentros en persona, citas rápidas en línea o les pidieron que examinaran detenidamente los perfiles de citas y destacaran las personas por las que se sentían atraídas. Además, antes de iniciar el “proceso de citas”, se pidió a cada sujeto que rellenara un cuestionario diseñado para dar a los examinadores una idea de si mostraba o no una preocupación significativa por la perspectiva de contraer enfermedades de otros (una condición médica denominada científicamente germofobia).
Los investigadores descubrieron que los individuos que mostraban limpieza, exhibían una higiene adecuada y a los que los sujetos consideraban conscientes de las enfermedades eran percibidos más favorablemente que los que no expresaban tales atributos. Los examinadores del estudio confirmaron sus conclusiones sometiendo también a la mitad de los sujetos a la visualización de una breve película en la que se ponían de relieve prácticas higiénicas perturbadoras, mientras que la otra mitad veía un vídeo indescriptible. Tras los visionados, se examinaron de nuevo los hábitos de noviazgo y apareamiento de cada grupo. Los que vieron el fragmento sobre hábitos higiénicos molestos mostraron un gusto significativamente más exigente a la hora de identificar posibles parejas románticas que los individuos que no presenciaron la película en cuestión.
El antígeno leucocitario humano (HLA)
Otro estudio reciente, publicado en la revista Nature, plantea la idea de que el antígeno leucocitario humano (HLA, por sus siglas en inglés), una sustancia integrada en el sistema inmunitario de una persona que le permite detectar células y partículas extrañas, podría desempeñar un papel en el proceso de atracción. Los responsables del estudio examinaron a más de 250 parejas y descubrieron que cuanto mayor era la diferencia en el HLA de cada miembro de la pareja, más probabilidades había no sólo de que conectaran, sino también de que expresaran el deseo de tener hijos. Además, también se descubrió que los sujetos con HLA muy diferentes disfrutaban de atributos atrayentes específicos en sus respectivas parejas, como el olor corporal. Los investigadores que llevaron a cabo este estudio sugieren que estas conclusiones podrían indicar que el cuerpo es un factor de predicción bastante fiable a la hora de identificar a una posible pareja romántica.
Superar la germofobia y otras percepciones negativas en las citas
Aunque las primeras impresiones son difíciles de ignorar y pueden confirmar los peores temores que las personas puedan tener sobre los demás, estos pensamientos iniciales no siempre son indicativos de quién es realmente otra persona. Por lo tanto, las personas con tendencias germofóbicas podrían verse muy limitadas en el juego de la atracción si no encuentran formas de superar sus miedos. Algunas personas con germofobia pueden tranquilizarse y ampliar su abanico de posibles parejas:
Centrarse en la limpieza y la higiene personales
Muchos virus comunes, como los que suelen causar el resfriado común, pueden evitarse o eliminarse con prácticas higiénicas como lavarse las manos frecuentemente con agua caliente y jabón y no tocarse la cara, los ojos o la nariz después de entrar en contacto con superficies que se encuentran en lugares públicos como centros comerciales o baños de cines.
Darse cuenta de que obsesionarse con la limpieza podría indicar problemas más importantes
Aunque practicar una buena higiene y mantener el deseo de proteger la propia salud es una tarea normal y que merece la pena, obsesionarse con este tema hasta el punto de limitar los lugares que se visitan y con quién se socializa puede indicar que se padece un trastorno mental, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), que podría ser necesario corregir.