El eccema es una enfermedad inflamatoria de la piel molesta y a menudo incómoda, también conocida como dermatitis. Existen varios tipos de eczema, pero el más común es la dermatitis atópica. Se calcula que 31,6 millones de personas padecen eczema sólo en Estados Unidos. Esta afección es más común en los niños; de hecho, hasta el 15% de todos los niños padecen eczemas temporales. Sin embargo, el eccema también puede ser una afección crónica que puede durar toda la vida.
La dermatitis atópica se caracteriza por zonas de la piel secas, enrojecidas, con picor y escamosas. En los casos graves, la piel puede volverse costrosa, agrietarse y sangrar. En estos casos, la piel se vuelve mucho más propensa a las infecciones y pueden surgir complicaciones como consecuencia de ello. El eccema puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de una persona debido a las molestias físicas, el impacto en la autoimagen, el dinero gastado en tratamientos y el tiempo dedicado a tratar la enfermedad. Se calcula que un tercio de las personas con eczema pasan entre una y tres horas al día tratándolo.
Esta afección cutánea no es del todo conocida por la ciencia. Los síntomas empeoran con factores ambientales como el calor y los irritantes externos, como los detergentes fuertes. Sin embargo, ninguna de estas cosas es la causa subyacente del eccema. Las investigaciones actuales apuntan a que el eczema es una reacción anormal del sistema inmunitario. Parece haber un componente genético en la enfermedad. Algunos de los estudios más recientes también han descubierto que el eczema está relacionado con desequilibrios bacterianos tanto dentro como fuera del organismo.
¿Qué son exactamente los probióticos?
El cuerpo humano está repleto de vida: los microorganismos del interior y el exterior superan en número a nuestras células en una proporción de diez a uno. El tracto digestivo, en particular, alberga un complejo ecosistema de bacterias. El microbioma intestinal, como se le suele llamar, ha sido objeto de muchas investigaciones pioneras desde principios del siglo XXI. Estas investigaciones se han llevado a cabo con la ayuda de nuevos métodos de secuenciación del ADN que permiten a los investigadores detectar especies de microorganismos que, de otro modo, permanecerían ocultos en nuestro tubo digestivo, incapaces de ser cultivados en una placa de Petri para su identificación.
El microbioma intestinal está formado por especies bacterianas y fúngicas beneficiosas para la salud y especies perjudiciales. El equilibrio entre especies beneficiosas y perjudiciales determina si la flora intestinal de una persona es saludable o no. Los científicos han descubierto que muchos aspectos diferentes de la salud están relacionados con el equilibrio de las bacterias intestinales, como la inmunidad, el desarrollo infantil, la obesidad, la eficiencia digestiva y el estado de ánimo.
Aunque se necesitan más investigaciones, cada vez hay más pruebas de que añadir más bacterias beneficiosas al organismo puede mejorar la salud del microbioma intestinal y, por tanto, mejorar ciertos aspectos de la salud. Al aumentar las poblaciones de bacterias saludables, también disminuyen las poblaciones de bacterias nocivas.
Los alimentos o suplementos que contienen microorganismos beneficiosos se conocen como probióticos. En el mercado existen muchos suplementos probióticos que contienen bacterias saludables dentro de una cápsula que se ingiere. También hay muchos alimentos probióticos, entre ellos:
- vinagre de sidra de manzana
- kéfir
- kombucha
- miso
- queso crudo
- chucrut
- tempeh
- yogur
El consumo de probióticos puede tener muchos beneficios, entre ellos un mejor sistema inmunitario, una mejor digestión y una disminución de los síntomas de los trastornos gastrointestinales. Las investigaciones preliminares sugieren incluso que los probióticos podrían ser útiles para tratar úlceras de estómago, infecciones respiratorias e infecciones del tracto urinario. Dado que el microbioma intestinal se ha relacionado con la función inmunitaria, y que el eccema es una afección inmunitaria, no es de extrañar que las últimas investigaciones respalden el uso de probióticos para prevenir y aliviar el eccema.
Probióticos para el eczema: ¿Una vía eficaz?
Existe una relación bien establecida entre el microbioma y el eccema. Las investigaciones han descubierto que las personas con eccema tienen un equilibrio bacteriano anormal, que incluye poblaciones inusualmente altas de especies nocivas. Las investigaciones sugieren que los probióticos pueden ayudar a prevenir la formación de eccema en primer lugar: los hijos de madres que toman probióticos durante las últimas semanas del embarazo, o durante la lactancia, tienen una menor tasa de eccema. El microbioma de la madre afecta al microbioma del recién nacido porque este último se desarrolla a partir del primero; la flora intestinal es esencialmente transmitida al niño por la madre a través de varios procesos.
Las investigaciones preliminares sugieren que tomar probióticos también puede ayudar a reducir la gravedad del eccema ya existente. En un estudio, 118 niños con eczema recibieron un probiótico dos veces al día durante 12 semanas, o un placebo. Los niños que tomaron el probiótico experimentaron un alivio del eccema, en comparación con los niños del grupo placebo.
¿En resumidas cuentas? Todavía no se ha investigado lo suficiente como para respaldar la idea de que el eccema pueda tratarse únicamente con probióticos; el uso de probióticos tampoco es una garantía de alivio. Es mejor considerar los probióticos como un tratamiento complementario en un plan integral de tratamiento del eccema, que también debe incluir cosas como:
- antihistamínicos para aliviar el picor
- evitar los alimentos que parecen favorecer las reagudizaciones
- evitar las fragancias en jabones, detergentes y lociones
- mantener fresco el entorno
- hidratar la piel a diario
- corticosteroides tópicos para reducir la irritación
- uso de vendas en caso de grietas/sangrado
- llevar tejidos naturales
Otros estudios podrían ayudar a responder preguntas importantes sobre el uso de probióticos para tratar el eccema, como qué especies deben utilizarse, cuál es la mejor dosis y para quién son más eficaces y apropiados los probióticos. Hasta que se lleven a cabo estas investigaciones, lo más probable es que el uso de probióticos, si le ayuda a aliviar su eccema, no le cause ningún daño.