El Alzheimer es una de las causas más frecuentes de muerte. Aproximadamente uno de cada tres ancianos padece Alzheimer u otro tipo de demencia en el momento de su muerte. La demencia afecta enormemente al bienestar de quienes la padecen, así como a sus familiares y cuidadores.
Puede reducir drásticamente el riesgo de padecer Alzheimer y otros tipos de demencia cuidando su salud cerebral a medida que envejece. De lo contrario, el deterioro cognitivo relacionado con la edad puede evolucionar hacia la demencia. Incluso si no lo hace, el deterioro cognitivo puede interferir en su capacidad para desenvolverse con normalidad en la vida.
Un estudio demuestra que el sexo mejora la función cognitiva
Las personas mayores que practican sexo al menos una vez a la semana obtienen mejores resultados en las pruebas cognitivas que las que sólo lo hacen una vez al mes (o ninguna). Así lo han demostrado investigadores de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Coventry.
El estudio en cuestión se publicó en la revista Journals of Gerontology, Series B: Psychological and Social Sciences. Los investigadores recopilaron los datos necesarios de 73 voluntarios que tenían una media de 62 años. Preguntaron a los participantes sobre su frecuencia de actividad sexual y, a continuación, les hicieron realizar pruebas que medían su memoria, atención, uso del lenguaje, fluidez verbal y capacidad para visualizar objetos y espacios. Los resultados del estudio mostraron una clara relación entre la actividad sexual frecuente y unas buenas capacidades cognitivas. La naturaleza del estudio significa que no prueba una relación directa de causa-efecto, aunque los investigadores sospechan que puede ser así.
Desde luego, éste no es el primer estudio que analiza los factores que afectan a la cognición de las personas mayores. Otros estudios demuestran que hay varios factores que se correlacionan con una mejor función cognitiva a medida que se envejece; por ejemplo, una vida social activa y hacer mucho ejercicio también mejoran los resultados de las pruebas cognitivas.
Los científicos aún no saben exactamente por qué existe esta correlación entre actividad sexual y función cognitiva. Los autores del estudio señalan que la actividad sexual tiene efectos muy complejos sobre el bienestar físico y psicológico. Pero no es sólo el sexo en pareja lo que parece conferir los beneficios cognitivos: los cuestionarios distribuidos a los participantes en el estudio incluían en su definición de actividad sexual cosas como la masturbación y los simples juegos preliminares. A medida que uno envejece, aprovechar la sexualidad de la forma que más le convenga beneficiará a la salud del cerebro y a la función cognitiva.
¿Hacen falta más pruebas? Un gran estudio confirma la relación entre el sexo y la salud cerebral
Un estudio mucho más amplio, realizado también en la Universidad de Coventry, aporta pruebas aún más contundentes de la relación entre la actividad sexual y la función cognitiva en los adultos mayores. Este estudio reclutó a más de 6.800 voluntarios de entre 50 y 89 años. Al igual que en los estudios más pequeños, los participantes respondieron a cuestionarios sobre su vida sexual y después participaron en pruebas cognitivas. Los resultados de este estudio también demostraron que mantener relaciones sexuales está asociado a una mejor función cognitiva.
Los investigadores que realizaron este amplio estudio especulan con que el efecto del sexo en la cognición se debe a los neurotransmisores dopamina y oxitocina, que se liberan en el cerebro durante las actividades sexuales. Estas sustancias químicas podrían mejorar la conectividad del cerebro y potenciar la cognición.
El hecho de que el sexo mejore la función cognitiva de las personas mayores sigue la tendencia general de los estudios que demuestran que seguir participando en la vida -actuando en los mismos aspectos sociales, físicos y mentales que cuando se era más joven- es muy importante para proteger la salud neurológica y el bienestar a medida que se envejece.
Mantener una vida sexual y un cerebro sanos
Podría decirse que lo más poderoso que puede hacer por su función sexual y su cognición es hacer ejercicio con regularidad. Se han realizado numerosos estudios sobre los efectos del ejercicio en el cerebro. Por ejemplo, en un estudio se descubrió que los adultos jóvenes que hacen ejercicio con regularidad conservan la memoria y el pensamiento durante la madurez, mientras que en otro estudio se descubrió que las personas de mediana edad que se mantienen físicamente activas tienen menos probabilidades de desarrollar demencia a medida que envejecen. Los beneficios del ejercicio para la salud cerebral se deben a que la actividad física libera una sustancia química llamada factor neurotrófico derivado del cerebro. Este compuesto estimula la neurogénesis, es decir, el crecimiento de nuevas células cerebrales.
Hacer una buena cantidad de ejercicio también mejorará su bienestar sexual. Mejora enormemente la circulación, lo que a su vez facilita la excitación e incluso puede mejorar las sensaciones. El ejercicio también libera neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, y tener niveles más altos de estas sustancias químicas se asocia con un mayor deseo sexual. Esto es una gran noticia, ya que, después de todo, se necesita un deseo sexual sano para aprovechar los beneficios neurológicos del sexo frecuente.
La cantidad mínima de ejercicio que debe realizar un adulto para gozar de una salud óptima es de 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. Un minuto de ejercicio vigoroso cuenta como dos minutos de ejercicio moderado. Por ejemplo, media hora de footing moderado cinco días a la semana cumple este objetivo, y lo mismo ocurre con 25 minutos de carrera vigorosa, tres días a la semana. Si puede ir más allá de este punto de referencia, aún mejor: sólo verá más y más beneficios en su salud sexual y su cognición.
La clave para convertir el ejercicio en un hábito para toda la vida es encontrar algo que realmente le guste. Puede ser cualquier cosa, desde ir de excursión al bosque, nadar, jugar al tenis con su pareja o correr en una cinta mientras ve su programa de televisión favorito. Pruebe muchas formas de ejercicio para encontrar algo que realmente le guste hacer y conviértalo en un hábito semanal.