Más de 29 millones de personas padecen diabetes en Estados Unidos. Aún son más los que tienen niveles elevados de azúcar en sangre o resistencia a la insulina, ambos precursores de la diabetes de tipo 2. Aunque hay muchos medicamentos que pueden ayudar a los diabéticos, éstos son caros y a menudo pueden tener efectos secundarios graves. Muchas personas no saben que existen diversas formas naturales de mantener unos niveles saludables de azúcar en sangre para protegerse de la resistencia a la insulina, disminuyendo el riesgo de desarrollar diabetes y otros problemas.
Diabetes y trastornos metabólicos: Una epidemia moderna
Cuando ingerimos alimentos, nuestro cuerpo convierte los carbohidratos en glucosa. Esta glucosa es el combustible de nuestras células, pero sólo cuando entra en ellas. La glucosa sólo puede entrar en las células cuando la insulina “desbloquea” los receptores celulares que le permiten entrar. Sin insulina, la glucosa permanece en los vasos sanguíneos, donde puede contribuir a las enfermedades cardiovasculares. Mientras tanto, las células que componen nuestros tejidos y órganos se quedan sin el alimento que necesitan para funcionar de forma óptima.
Existen dos enfermedades en las que la glucosa no puede entrar en las células: la diabetes de tipo 1 y la de tipo 2. En la diabetes de tipo 1, el organismo simplemente deja de producir insulina. En la diabetes de tipo 1, el organismo simplemente deja de producir insulina. Esta enfermedad se trata reponiendo la insulina que falta. En la diabetes de tipo 2, los altos niveles de azúcar en sangre provocan con el tiempo resistencia a la insulina, un trastorno en el que las células dejan de responder a la insulina aunque el organismo produzca mucha. Esto da lugar a la diabetes de tipo 2, en la que el nivel de azúcar en sangre es crónicamente alto debido a la resistencia a la insulina. Esto puede ser muy difícil de tratar porque el cuerpo ya tiene mucha insulina; simplemente no responde a la hormona.
La diabetes, especialmente la de tipo 2, se ha vuelto tan común que se considera una epidemia. Millones de personas luchan contra unos niveles crónicamente elevados de glucosa en sangre y los consiguientes efectos sobre la salud. Muchas más personas son prediabéticas, lo que significa que su organismo está empezando a mostrar signos de resistencia a la insulina pero aún no se ha vuelto completamente diabético.
Cambios en el estilo de vida para una glucemia sana
Aunque parece existir una predisposición genética a la diabetes, también influye mucho el estilo de vida. Las personas que tienen dificultades para mantener un nivel saludable de azúcar en sangre corren un riesgo mucho mayor de desarrollar resistencia a la insulina. La obesidad y la falta de ejercicio también son factores de riesgo importantes. Existen varias formas de reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, reducir el azúcar en sangre y cambiar la resistencia a la insulina:
- Conseguir un peso saludable.
- Hacer ejercicio al menos 30 minutos al día.
- Comer menos carbohidratos y grasas saturadas.
- Elegir alimentos ricos en fibra o que favorezcan la salud del aparato digestivo.
- Evitar los productos del tabaco.
- Tratar cualquier problema de sueño, ya que puede contribuir a la resistencia a la insulina.
- Ingerir una amplia gama de vitaminas y minerales, incluidos los antioxidantes.
Sin embargo, incluso con estos cambios, muchas personas luchan por mantener sus niveles de glucosa en sangre dentro de unos límites saludables. Esto se debe a que el estilo de vida es sólo una pieza del rompecabezas. Los cambios en el estilo de vida por sí solos a menudo no pueden detener por completo la resistencia a la insulina e invertir los mecanismos celulares que subyacen a la diabetes de tipo 2. Para estas personas, aún hay esperanza. Existen muchos remedios naturales que pueden darles el impulso que necesitan.
Respuestas naturales para mantener niveles saludables de azúcar en sangre
Varias sustancias naturales pueden ser útiles para proteger contra la resistencia a la insulina y mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de los límites normales. Entre ellas se incluyen:
- Picolinato de cromo, un suplemento que afecta positivamente a la resistencia a la insulina, favorece una función saludable de la insulina y protege el sistema cardiovascular.
- Hoja de banaba, que favorece unos niveles saludables de glucosa en sangre y es para la diabetes según las culturas indígenas.
- Gymnema, que, según los estudios realizados, favorece unos niveles saludables de azúcar y lípidos en sangre, al tiempo que contribuye a una función pancreática sana.
- Melón amargo, una popular calabaza asiática que contiene compuestos similares a la insulina que actúan de forma parecida para favorecer unos niveles saludables de glucosa en sangre.
- Vanadio, que impide que se desactiven los receptores de insulina, ayudando así con la resistencia a la insulina.
- Fenogreco, una especia de la India y Oriente Medio que contribuye de forma natural a un nivel saludable de azúcar en sangre.
- Fruto del arándano, que contiene compuestos que ayudan a equilibrar los niveles de azúcar en sangre y previenen muchos de los efectos de la hiperglucemia, como la retinopatía y el daño a los vasos sanguíneos.
- N-Acetil Cisteína, un antioxidante que reduce el daño de los radicales libres en personas con azúcar alta en sangre y/o diabetes.
Estos suplementos naturales no sólo ayudan a proteger contra el desarrollo de desequilibrios de azúcar en la sangre, sino que también tienen una variedad de otros efectos positivos para la salud. Ayudan a apoyar un cuerpo sano de muchas maneras, permitiendo que la gente apoye que el azúcar de sangre sano proteja contra resistencia de insulina sin efectos secundarios negativos.
La dieta norteamericana estándar, rica en azúcares y grasas, suele provocar diversos efectos negativos, entre ellos la diabetes. Sin embargo, hay muchas maneras de protegerse contra la resistencia a la insulina antes de que progrese lo suficiente como para dañar la salud. Los cambios en el estilo de vida y los suplementos naturales pueden contribuir a que se disfrute de una buena salud -incluidos unos niveles saludables de azúcar en sangre- durante el resto de la vida.