Estamos expuestos a gérmenes casi constantemente a lo largo del día. Sin embargo, la mayoría de nosotros rara vez enfermamos a pesar de este bombardeo constante de agentes patógenos. La razón es la acción de nuestro sistema inmunitario. Nuestro sistema inmunitario está constantemente en guardia contra los microbios causantes de enfermedades y suele ser muy eficaz a la hora de protegernos. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que existe una conexión entre las infecciones y el ritmo circadiano. Como cualquier otro sistema de nuestro cuerpo, el inmunitario tiene un reloj interno que lo hace más eficaz a determinadas horas del día.
Cómo los virus infectan a las células
Hay miles de tipos de virus que causan enfermedades que van desde el resfriado común hasta el ébola. Sin embargo, todos infectan nuestro cuerpo de forma similar. Un virus entra primero en el cuerpo a través de una brecha en la piel, la boca u otro portal. A partir de ahí, se adhieren a las células e inyectan el contenido de su genoma. A continuación, utilizan la maquinaria celular para fabricar más virus. La célula infectada estalla y nuevos virus se vierten en el torrente sanguíneo.
Nuestro organismo dispone de diversas y complejas formas de hacer frente a una posible infección vírica. Nuestro sistema inmunitario produce macrófagos que engullen y desactivan las partículas víricas cuando se encuentran en nuestro torrente sanguíneo, impidiendo que infecten las células. Además, los linfocitos T pueden reconocer las células infectadas por virus y eliminarlas antes de que se produzcan más virus. Curiosamente, estos procesos parecen ser menos eficaces por la mañana, según estudios recientes.
Infecciones y ritmo circadiano
Los investigadores estudiaron grupos de ratones expuestos a virus en distintos momentos del día. Los que fueron expuestos justo antes de su fase de descanso (equivalente a la tarde para los humanos) tuvieron una replicación viral más rápida y más síntomas de enfermedad que los ratones infectados al principio de su fase de vigilia (equivalente a la mañana para los humanos). Esta diferencia no era pequeña; los ratones infectados por la noche presentaban una replicación vírica 10 veces mayor que los infectados en otro momento del día.
No es la primera vez que los investigadores encuentran una relación entre la gravedad de las infecciones y el ritmo circadiano; estudios anteriores han descubierto que las personas que tienen un ritmo circadiano alterado o ausente tienen más probabilidades de enfermar, más probabilidades de faltar al trabajo de forma habitual e incluso más probabilidades de desarrollar enfermedades graves y potencialmente mortales, como la diabetes de tipo 2 y las cardiopatías.
El ritmo circadiano del sistema inmunitario
Existen muchas teorías sobre cómo el ritmo circadiano puede afectar al sistema inmunitario. Las células T de memoria, que son importantes para reconocer los virus con los que nos hemos enfrentado antes, parecen replicarse rápidamente durante el sueño de ondas lentas. Esto significa que podremos montar una respuesta más rápida a los virus inmediatamente después de dormir, lo que concuerda con los resultados de este estudio. Además, nuestros cuerpos experimentan procesos vitales de reparación celular mientras dormimos, lo que puede mejorar nuestros sistemas inmunitarios y también ayudarnos a recuperarnos más rápidamente de las enfermedades. Independientemente de la razón exacta de la relación entre las infecciones y el ritmo circadiano, las pruebas son claras: exponerse a un virus en las horas previas a irnos a la cama tiene más probabilidades de provocar una enfermedad e incluso de causar una enfermedad más grave que si nos hubiéramos expuesto a primera hora del día.
¿Muchas enfermedades? Dormir puede ser útil
Obviamente, dormir puede ayudar a reforzar nuestro sistema inmunitario, lo que es más importante que nunca ahora que se acerca la temporada de gripe. Sin embargo, para muchas personas es más fácil decirlo que hacerlo. Los expertos en cronobiología sugieren bajar la luz antes de acostarse, mantener aproximadamente la misma hora de acostarse cada noche y tomar un suplemento de melatonina si es necesario. Por otro lado, incluso estos cambios de comportamiento pueden no ser suficientes para los trabajadores por turnos y otras personas cuyas vidas no permiten unos patrones de sueño saludables. Los investigadores que han participado en estos estudios recientes que relacionan la infección y el ritmo circadiano sugieren que las personas que trabajan por la tarde o por la noche se aseguren de vacunarse contra la gripe para tener toda la inmunidad posible.