Las migrañas afectan hasta al 25% de la población, lo que las convierte en el tercer problema de salud más frecuente en todo el mundo. La migraña se caracteriza por un fuerte dolor punzante en uno o ambos lados de la cabeza. En las migrañas, el dolor de cabeza suele ir acompañado de náuseas o vómitos, mareos, alteraciones visuales, entumecimiento u hormigueo en las extremidades o la cara y sensibilidad extrema a estímulos sensoriales como el sonido, la luz, el olfato y el tacto.
Los ataques de migraña pueden durar hasta 72 horas, y dado que más del 90% de los migrañosos son incapaces de funcionar con normalidad durante una migraña, padecer migraña crónica es una afección muy debilitante y perturbadora. Las migrañas son más frecuentes entre los 25 y los 55 años, y suelen ser hereditarias. Alrededor del 80% de las personas con migraña tienen antecedentes familiares.
La relación entre estrógenos y migrañas
En general, las migrañas son más frecuentes en las mujeres que en los hombres. Aunque durante la infancia afectan más a los niños que a las niñas, esta situación cambia durante la adolescencia. Las mujeres adultas tienen tres veces más probabilidades de padecer migrañas que los hombres adultos; alrededor del 18% de las mujeres sufren migrañas, mientras que sólo alrededor del 6% de los hombres las padecen. Los investigadores creen desde hace tiempo que esta disparidad se debe a diferencias biológicas y psicosociales en las mujeres. Sin embargo, como esta diferencia de género es más notable en las mujeres en edad reproductiva, muchos creen que las hormonas son un factor importante.
Recientemente se ha demostrado la relación entre el estrógeno y las migrañas. En la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York se realizó un estudio sobre el tema, publicado en la revista Neurology de la Academia Americana de Neurología. Los científicos reclutaron a 114 mujeres con antecedentes de migrañas, así como a 223 mujeres que nunca habían tenido migrañas. La edad media de estas mujeres era de 47 años.
Se pidió a las participantes en el estudio que llevaran un diario de sus dolores de cabeza. También se les midieron los niveles hormonales mediante muestras de orina a lo largo de su ciclo menstrual. Los investigadores analizaron los datos de la fase lútea del ciclo menstrual, que se produce después de la ovulación pero antes de la menstruación. Descubrieron que, durante esta fase, los niveles de estrógeno de las mujeres que sufrían migrañas descendían en un 40%, mientras que los de las mujeres que nunca habían tenido migrañas sólo lo hacían en un 30%. Los investigadores creen que el mayor descenso de estrógenos es el responsable de las migrañas. Esta conexión entre estrógenos y migrañas ayuda a explicar por qué muchas mujeres sufren migrañas como síntoma premenstrual.
Causas y tratamiento de las migrañas
La forma más inmediata de tratar las migrañas es evitar sus desencadenantes. Cada persona que sufre migrañas tiene unos desencadenantes únicos que le provocan uno de estos dolores de cabeza. Los estados mentales, como la depresión o los cambios de humor, pueden provocar una migraña. Los estados físicos, como la fatiga, el estrés, la falta de sueño y la deshidratación, también pueden provocar una. Las causas ambientales de las migrañas pueden incluir condiciones meteorológicas cambiantes, ver la televisión y otras fuentes de luz brillante, olores fuertes y ruido excesivo. Para algunas personas, incluso ciertos alimentos pueden ser un desencadenante de migraña. Estos alimentos pueden ser:
- queso curado
- endulzantes artificiales
- chocolate
- pescado seco
- aditivos alimentarios
- cebollas
- alimentos salados
- embutidos
- fruta desecada
- cítricos
- cafeína
- alcohol
Prevención de las migrañas
Las medidas de estilo de vida también pueden prevenir las migrañas en cierta medida. Si padece migrañas, puede tener en cuenta lo siguiente:
- Mantener un horario de sueño regular. Duerma lo suficiente, y acuéstese y levántese a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Una buena higiene del sueño y una rutina relajante a la hora de acostarse mejorarán la calidad del sueño.
- Controlar el estrés. Limite al máximo las fuentes de estrés en su vida. Cuando el estrés sea inevitable, alívielo de forma saludable. El yoga, el ejercicio físico, la meditación, escuchar música o tomar un baño caliente son algunas de las actividades que pueden aliviar el estrés.
- Comer con regularidad. No salte comidas ni se dé atracones. Esto le ayudará a mantener estable el nivel de azúcar en sangre, lo que es ideal porque las fluctuaciones bruscas de azúcar en sangre pueden desencadenar migrañas.
- Hacer ejercicio con regularidad. Puede que tenga miedo de hacer ejercicio, pensando que le provocará una migraña. Es cierto que el sobreesfuerzo puede desencadenar una migraña. Sin embargo, las investigaciones demuestran que el ejercicio aeróbico moderado, como dar un paseo a paso ligero e incluso practicar sexo, puede reducir la gravedad, la duración y el número de migrañas.
Si tiene más de una migraña a la semana, o si los tratamientos para la migraña aguda no le ayudan o le producen efectos secundarios molestos, puede considerar la posibilidad de hablar con su médico sobre una medicación de prescripción para la prevención de la migraña. Entre los medicamentos que pueden prevenir las migrañas figuran los antiepilépticos, los betabloqueantes, los triptanes y algunos antidepresivos.