Una crisis epiléptica es un acontecimiento que se produce debido a una anomalía eléctrica repentina en el cerebro. Hay muchos tipos diferentes de crisis epilépticas. Las convulsiones que afectan a una sola región del cerebro se conocen como convulsiones focales, mientras que las que afectan a ambos lados del cerebro se denominan convulsiones generalizadas. Incluso dentro de estas categorías, hay más especificidad. Por ejemplo, hay muchos tipos de crisis generalizadas, como las crisis de gran mal, petit mal, clónicas, mioclónicas, tónicas y atónicas. Cada crisis tiene su propio conjunto de síntomas, que pueden incluir pérdida de conciencia, espasmos musculares y convulsiones, pérdida de control de esfínteres y otros.
Las convulsiones aisladas pueden tener causas muy diversas, como medicamentos, traumatismos craneoencefálicos y fiebres altas. Las crisis suelen durar entre 30 segundos y dos minutos y no causan daños duraderos. Sin embargo, las convulsiones crónicas causadas por trastornos convulsivos pueden ir en detrimento de la vida cotidiana y la calidad de vida. Quienes sufren convulsiones recurrentes pueden sufrir lesiones físicas debido a las convulsiones musculares. Los trastornos convulsivos también se conocen como epilepsia; este trastorno afecta a unos tres millones de adultos y 470.000 niños sólo en Estados Unidos.
Un nuevo estudio analiza la glucosamina y las convulsiones
Los científicos creen que la sobreexcitabilidad de las células cerebrales puede estar en el origen de la epilepsia. Un estudio reciente, publicado en el Journal of Neuroscience, analiza los efectos de un suplemento dietético común conocido como glucosamina sobre la excitabilidad de las células cerebrales. Este estudio descubrió que la glucosamina reduce la excitabilidad de las células cerebrales en ratas y ratones. Aunque no se trata de un estudio en humanos, ni concluyente, plantea cuestiones importantes sobre las posibilidades de nuevos avances en el tratamiento de la epilepsia.
¿Una posible nueva adición al arsenal del tratamiento de los trastornos convulsivos?
Aunque este estudio no presenta una sugerencia para tratar de aliviar realmente la epilepsia con glucosamina, allana el camino para futuras investigaciones que profundicen en los efectos de esta sustancia química. A raíz de estas investigaciones podrían desarrollarse nuevos tratamientos eficaces contra la epilepsia.
Actualmente, la selección de tratamientos disponibles para la epilepsia no es del todo ideal. Los medicamentos actuales sólo pueden prevenir algunas de las crisis, e incluso este beneficio moderado sólo lo experimenta alrededor del 70%-80% de los pacientes. Esto significa que entre el 20% y el 30% de los epilépticos son resistentes a la medicación. Cuando los medicamentos no ayudan, puede ser necesario recurrir a la cirugía cerebral o a procedimientos de estimulación nerviosa. Incluso si un medicamento ayuda, la mayoría tiene efectos secundarios indeseables. Así pues, el desarrollo de nuevos tratamientos para la epilepsia a partir de esta investigación sobre la glucosamina y las convulsiones (ya sea medicando con la propia glucosamina o con otras sustancias químicas similares que produzcan los mismos efectos en el cerebro) podría ayudar a mejorar la calidad de vida de muchos miles de personas.
Suplementos de glucosamina
La glucosamina es un tipo de sustancia química denominada aminoazúcar (alternativamente, proteína de azúcar). Se encuentra de forma natural en los huesos y la médula ósea, así como en otras especies como los mariscos y los hongos. La glucosamina ayuda al organismo a formar cartílago, que es un tejido conjuntivo firme que se encuentra principalmente alrededor de las articulaciones.
Nuevas investigaciones podrían llevar a la glucosamina a convertirse en un popular suplemento anticonvulsivo. Sin embargo, sus usos más comunes son para problemas articulares; en concreto, la glucosamina puede ser beneficiosa para las personas con artrosis. Puede ayudar a reducir el ritmo de degradación del colágeno, ralentizando la progresión de la enfermedad, además de aliviar ligeramente el dolor y aumentar la amplitud de movimiento. Por supuesto, no es una cura milagrosa: ralentiza el avance de la osteoartritis pero no la cura por completo, y un metaanálisis demostró que sólo es capaz de producir una modesta reducción del dolor de 13 puntos en una escala de 0 a 100.
La glucosamina también la utilizan a veces las personas que practican actividades físicas de alto impacto, como correr. Sus efectos de conservación del cartílago podrían ayudar a prevenir el desgaste de las articulaciones causado por ese deporte. Un estudio también demostró que la glucosamina ayuda a curar lesiones agudas de rodilla en atletas.
En general, tomar glucosamina se considera seguro. El efecto secundario más común es la flatulencia; otros efectos secundarios como náuseas, ardor de estómago y molestias gastrointestinales son poco frecuentes. No obstante, las personas con ciertos problemas médicos deben tener precaución al tomar suplementos de glucosamina. Si se padece alergia al marisco, la glucosamina puede resultar peligrosa dependiendo de la gravedad de la alergia, ya que la mayor parte de la glucosamina comercial se produce a partir de exoesqueletos de marisco. Sin embargo, algunos productos de glucosamina están hechos de maíz o trigo, que sería la forma segura de glucosamina para alguien con alergia al marisco. Además, hay que consultar al médico antes de tomar glucosamina si se padece diabetes, colesterol alto, triglicéridos altos, enfermedades hepáticas, cáncer o asma. La glucosamina puede ser peligrosa si se toma junto con ciertos medicamentos recetados, como los anticoagulantes, así que conviene preguntar antes al médico si se está tomando algún medicamento recetado.
Esta investigación reciente no sugiere en absoluto que los trastornos convulsivos puedan tratarse únicamente con glucosamina. Si se padece un trastorno convulsivo, hay que consultar al médico antes de tomar glucosamina y no intentar sustituir ningún medicamento recetado por este suplemento.