La lavanda (Lavendula angustifolia) es una flor común que suele crecer muy extendida en zonas grandes y abiertas expuestas a la luz solar directa, como los campos. La flor también puede comprarse en un vivero. Durante miles de años, el agradable aroma que emana la flor ha sido disfrutado por diferentes culturas y pueblos. Con el tiempo, los extractos de lavanda se han utilizado y se siguen utilizando en productos comerciales para el hogar y personales como ambientadores, lociones para la piel, jabones, otros productos para el baño, repelentes de insectos, velas y como productos para mejorar los tejidos de la ropa de cama, incluidas sábanas y fundas de almohada.
Usos medicinales de la lavanda
Además de su agradable olor, la lavanda y sus extractos poseen poderosas propiedades medicinales. Muchas culturas africanas y mediterráneas disfrutaron de los atributos antisépticos y antiinflamatorios de la lavanda y fueron los primeros pueblos en utilizar la flor como forma de terapia médica. Desde entonces, la lavanda se ha indicado como una posible opción de tratamiento para dolencias como quemaduras, picaduras de insectos y animales, infecciones fúngicas, dolores corporales leves y caída del cabello. Sin embargo, podría decirse que el mayor beneficio médico de la lavanda reside en su capacidad para combatir la ansiedad.
¿Qué eficacia tiene la lavanda contra la ansiedad?
Se cree que la lavanda contiene sustancias químicas calmantes e inductoras de la relajación que se han utilizado durante muchos siglos como medio para proporcionar bienestar, ayudar a calmar la ansiedad y favorecer un estado de ánimo saludable. Sin embargo, en tiempos más recientes se han realizado estudios científicos que respaldan estas teorías.
El uso de la aromaterapia con lavanda (que consiste en inhalar aceites esenciales extraídos de la flor) ha demostrado su eficacia contra la ansiedad en numerosos estudios de casos y ensayos clínicos. Los sujetos de las pruebas han sido desde pacientes en estado crítico en centros hospitalarios de cuidados intensivos y profesionales empleados en trabajos de alta presión realizados en oficinas muy concurridas y llenas de ruido hasta estudiantes que mostraban aprensión antes de someterse a exámenes académicos y de inteligencia y personas que pronto se someterán a un tratamiento de diálisis renal. En el caso de los exámenes, también se atribuye a la inhalación del aroma de lavanda un mayor nivel de alerta y la capacidad de realizar ecuaciones matemáticas con mayor rapidez y precisión. Además, un porcentaje de personas diagnosticadas con trastornos de ansiedad específicos experimentaron una menor necesidad de tomar ansiolíticos, como sedantes y tranquilizantes, tras varias sesiones de aromaterapia con lavanda.
¿Puede administrarse lavanda para la ansiedad por vía oral?
Aunque la aromaterapia con lavanda sea el método más conocido por el que se utiliza esta sustancia para remediar la ansiedad, los preparados orales que contienen extractos de lavanda también se emplean con estos fines. De hecho, las investigaciones clínicas realizadas sobre este tema demuestran que las dosis orales pueden ser tan eficaces como la vía inhalatoria.
Un estudio reciente demostró que los preparados orales de lavanda eran especialmente beneficiosos para tratar a las mujeres que luchaban contra la ansiedad. Los investigadores recetaron cápsulas de aceite de lavanda a un grupo de sujetos y el ansiolítico Ativan a otro. Las que tomaron aceite de lavanda experimentaron los mismos porcentajes de reducción de los síntomas relacionados con la tensión, como inquietud, nerviosismo e insomnio, que las mujeres que utilizaron Ativan. También es importante señalar que los sujetos que ingirieron lavanda no informaron de efectos secundarios significativos, a diferencia de los que tomaron Ativan.
Otro estudio concluyó que la lavanda puede ser un método eficaz para aliviar la tensión posmenopáusica que experimentan las mujeres en esa etapa de la vida. Durante este ensayo clínico de 2015, se administraron a mujeres posmenopáusicas cápsulas que contenían extractos de lavanda y naranja amarga. Los investigadores observaron que este preparado actuaba sobre los sistemas neuronales del interior del cerebro de varias de las sujetos de ensayo para producir un efecto sedante que reducía la ansiedad y las manifestaciones asociadas.
Afortunadamente, no es necesario participar en un ensayo clínico para aprovechar los efectos de la lavanda contra la ansiedad. Existen numerosos productos que contienen lavanda y otros ingredientes naturales y que pueden adquirirse en conocidas cadenas de farmacias y suplementos nutricionales, así como en Internet. Algunos de estos productos combinan las cualidades calmantes de la lavanda con ingredientes llamados “adaptógenos”. Los adaptógenos pueden contribuir a aliviar el estrés ayudando al organismo a iniciar procesos biológicos que ayudan a las personas a hacer frente a entornos estresantes y a sentirse más tranquilas.