Der erstaunliche Zusammenhang zwischen Darmgesundheit und Libido

La sorprendente relación entre la salud intestinal y la libido

Quizá se pregunte cómo es posible que la salud intestinal y la libido estén relacionadas. Muchos recursos en Internet sólo hablan de las causas más conocidas de la libido baja, como el desequilibrio hormonal, la depresión y los efectos secundarios de la medicación. Sin embargo, es importante pensar en la salud (incluida la salud sexual) en términos holísticos. El cuerpo humano es increíblemente complejo y existen muchos vínculos que no te esperas. Si sufres de libido baja, lo más probable es que te beneficies de tomar medidas para mejorar tu salud intestinal. Un mejor bienestar digestivo también ayudará a prevenir y tratar otros trastornos que pueden causar un bajo deseo sexual, como la ansiedad, la obesidad y la depresión.

Salud intestinal y libido: Conexiones sorprendentes

Cuando se habla de “salud intestinal”, se hace referencia al tracto digestivo en su totalidad: desde el esófago hasta el recto. Por supuesto, padecer molestias digestivas banales o trastornos digestivos más graves le quita a uno fácilmente el ánimo. Así lo demuestran los estudios que documentan los altos índices de disfunción sexual entre las personas con problemas de salud intestinal.

La función principal del tubo digestivo es, obviamente, digerir los alimentos y absorber los nutrientes. Sin embargo, también contiene millones de neuronas que intervienen en la respuesta emocional. Por esta razón, a menudo se hace referencia al intestino como un “segundo cerebro”. Esta es la razón por la que a veces sentimos emociones en el estómago; por ejemplo, una sensación de hundimiento en el estómago cuando nos enteramos de una mala noticia o mariposas cuando pensamos en un ser querido. La compleja red nerviosa del intestino también recibe el nombre científico de sistema nervioso entérico. Este sistema nervioso se comunica con el cerebro de una forma que la ciencia sólo está empezando a comprender. Por supuesto, el deseo sexual está estrechamente relacionado con el estado emocional, por lo que resulta más evidente que la libido podría estar relacionada con la salud intestinal.

The Astonishing Connection Between Gut Health and Libido

La serotonina es un importante neurotransmisor responsable de la sensación de felicidad. También interviene en el deseo sexual. Aunque mucha gente piensa que la serotonina se encuentra en el cerebro, en realidad alrededor del 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino. Cuando algo va mal con su salud digestiva, puede alterar la serotonina y por lo tanto su libido. Según estudios realizados en ratones, para una producción normal de serotonina se necesita un equilibrio saludable de bacterias intestinales.

El intestino contiene un rico microbioma de bacterias vivas. Aunque estas bacterias son su propia especie, forman parte integrante del cuerpo humano. El equilibrio de tu ecosistema interno se ha relacionado con diferentes estados mentales. Por ejemplo, un estudio descubrió que ratones tímidos e introvertidos, una vez que se les administró una medicación para cambiar sus bacterias intestinales, se volvieron “audaces y aventureros”.

La palabra clave que hay que recordar sobre la salud intestinal óptima es equilibrio. La abundancia de bacterias beneficiosas, la ausencia o escasez de bacterias nocivas, la eliminación eficaz de todos los residuos y la prevención de la inflamación mantendrán tu ecosistema interno en equilibrio y te ayudarán a aumentar tu deseo sexual.

Cómo mejorar la salud intestinal

Muchos aspectos de la vida moderna repercuten negativamente en la salud intestinal. Un microbioma interno alterado puede provocar síntomas leves o enfermedades digestivas en toda regla. El estrés crónico, el consumo de alcohol, el uso frecuente de antibióticos y el consumo de muchos alimentos procesados son algunos ejemplos de cosas que agotan las bacterias intestinales beneficiosas. Para tratar y prevenir la libido baja causada por una mala salud intestinal, evite estas cosas religiosamente. Los alimentos procesados ricos en carbohidratos, como el pan, los productos horneados, los dulces y los refrescos, son especialmente perjudiciales para la salud intestinal.

La fibra procedente de alimentos vegetales no procesados, como frutas, verduras, frutos secos y semillas, es excelente para el equilibrio de su microbioma. En esencia, la fibra ayuda a limpiar el intestino y a evitar la acumulación de residuos en descomposición, lo que puede provocar un crecimiento excesivo de especies de bacterias nocivas. Las alcachofas, el ajo, las hojas de diente de león y la raíz de achicoria son ricos en un cierto tipo de fibra de la que se alimentan los microorganismos beneficiosos de su sistema, por lo que incluir estos alimentos en su dieta puede mejorar aún más su salud intestinal.

El colágeno, la gelatina y la glutamina son sustancias que pueden ayudar a mantener sano el revestimiento del tubo digestivo. El caldo de huesos es una buena fuente de todas ellas. Es una buena alternativa para mejorar tu salud intestinal si eres una persona que experimenta molestias digestivas cuando come mucha fibra.

La inflamación es una de las principales causas de los problemas de salud intestinal y puede reducirla evitando los azúcares refinados y los alimentos procesados. Añada a su dieta alimentos con propiedades antiinflamatorias como el salmón salvaje, los arándanos, las verduras de hoja verde, la cúrcuma y el jengibre.

Las investigaciones demuestran que hacer mucho ejercicio es beneficioso para la flora intestinal. Haz al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado a la semana. El ejercicio tiene la ventaja añadida de mejorar el flujo sanguíneo y los niveles de serotonina, por lo que sudar un poco estimula la libido por varias vías.

Los alimentos fermentados y cultivados, también llamados alimentos probióticos, son excelentes para reequilibrar las bacterias digestivas. Estos son algunos ejemplos de alimentos que deberías incluir en tu dieta:

  • yogur
  • chucrut
  • vinagre de sidra de manzana
  • kéfir
  • kimchi
  • kombucha
  • queso crudo sin pasteurizar
  • natto, tempeh y miso (todas ellas formas de soja fermentada)

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