Aunque puede que no sea del todo justo culpar a nuestras parejas del aumento de nuestra cintura, cada vez hay más pruebas que sugieren que nuestras elecciones de estilo de vida tienen un efecto dominó en aquellos con los que compartimos nuestras vidas. Teniendo esto en cuenta, un grupo de investigadores se preguntó: “¿son contagiosos los esfuerzos por perder peso en las parejas fuera de los entornos clínicos altamente estructurados?”. Los resultados de su estudio, publicado recientemente en la revista médica Obesity, añaden más pruebas que apoyan la idea de que nuestras dietas tienen un efecto dominó en nuestros allegados.
Según la autora principal del estudio, la profesora Amy Gorin, de la Universidad de Connecticut, “la forma en que cambiamos nuestros hábitos alimentarios y de ejercicio puede afectar a los demás de forma positiva y negativa. En el lado positivo, los cónyuges podrían emular los comportamientos de su pareja y unirse a ellos para contar calorías, pesarse más a menudo y comer alimentos con menos grasa.”
Un estudio revela que los esfuerzos por perder peso son contagiosos en las parejas
Cada vez hay más pruebas de que nuestro peso depende de las personas de las que nos rodeamos, pero muchas de estas investigaciones se han llevado a cabo en entornos clínicos o se basan en autoinformes de segunda mano. Con el objetivo de realizar un ensayo más controlado en un entorno real, investigadores de la Universidad de Connecticut, en colaboración con Weight Watchers International, se propusieron recientemente estudiar la naturaleza viral de las dietas entre parejas.
130 parejas se dividieron en dos grupos y se estudiaron durante seis meses. En el primer grupo, un miembro de cada pareja se inscribió en un programa de pérdida de peso con acceso a asesoramiento y herramientas en línea. En el segundo grupo, un miembro de cada pareja recibió un folleto con consejos sobre dieta sana, ejercicio y estrategias para controlar el peso. El objetivo del estudio era examinar si la participación de un individuo en un programa de control de peso tenía un efecto dominó en los cónyuges no tratados.
Los investigadores descubrieron que las parejas de cada grupo que no participaban en un programa de adelgazamiento o que no habían recibido literatura sobre control de peso perdían peso junto con sus parejas. Se descubrió que las parejas adelgazaban aproximadamente al mismo ritmo, independientemente del grupo en el que estuvieran. Estos resultados se mantuvieron a lo largo de todo el estudio. También se observó que su pérdida de peso era interdependiente de su pareja, lo que significa que si el participante directo tenía problemas con sus objetivos de pérdida de peso, su pareja también se veía afectada.
Numerosos estudios han constatado que el peso dentro de la pareja es muy interdependiente, y las conclusiones del equipo parecen hacerse eco de las de estudios anteriores. Los resultados pueden ayudar a arrojar luz sobre investigaciones relacionadas con el peso como contagio social que sugieren que estos efectos pueden llegar incluso hasta nuestras comunidades circundantes.
Consejos útiles para mantener un peso saludable
La naturaleza viral de nuestros buenos y malos hábitos significa que nuestro viaje hacia la salud no es en solitario, sino compartido por nuestros seres queridos y nuestra comunidad. Nuestras decisiones individuales pueden tener un gran alcance, por lo que debemos ser conscientes del efecto dominó que tienen. He aquí algunos cambios que podemos introducir en nuestro estilo de vida para promover una vida más sana para nosotros y nuestras familias.
Cuidar los hábitos alimentarios
En lugar de contar calorías a ciegas o seguir la última dieta de moda, hay que aprender sobre nutrición y entender por qué es importante lo que hay en el plato. Es importante tomar las porciones adecuadas de los alimentos adecuados. Las frutas y las verduras deben ocupar siempre la mayor parte de nuestro plato, pero una dieta equilibrada debe incluir también cantidades adecuadas de hidratos de carbono complejos, proteínas magras y grasas saludables.
La ciencia ha demostrado que los antioxidantes y los ácidos grasos omega desempeñan un papel importante en la lucha contra la fatiga, el apoyo a la función suprarrenal, y la reparación de los efectos del estrés en el cuerpo, por lo que, asegúrese de incluir un montón de antioxidantes y alimentos ricos en omega en su dieta. También puede ser útil complementar una dieta sana y ejercicio con un suplemento natural.
También hay que prestar atención a cuándo se come
Según las investigaciones, cuándo comemos es tan importante como qué comemos. Los ritmos circadianos internos de nuestro cuerpo influyen directamente en las secreciones hormonales y en procesos metabólicos como el apetito, la digestión, los niveles de glucosa en sangre y el metabolismo de las grasas. Las pruebas sugieren que ingerir más calorías a última hora del día está relacionado con la obesidad y apuntan a la idea de que existe una proporción óptima entre la ingesta calórica vespertina y la matutina.
Mantener el estrés bajo control
Muchos científicos coinciden en que la epidemia de obesidad en Estados Unidos está relacionada en gran medida con el estrés y con comer en exceso a causa de éste. El estrés afecta directamente a los niveles hormonales de nuestro cuerpo. Es bien sabido que hormonas como el cortisol y la insulina estimulan el deseo de consumir alimentos ricos en grasas, azúcar o sal. La meditación y la aromaterapia con aceites esenciales como la bergamota y el incienso son métodos probados para reducir la ansiedad y el estrés, mientras que la incorporación de hierbas adaptógenas a la dieta ha demostrado reparar y prevenir los efectos del estrés en el organismo.
Asegurarse de estar bien hidratado y alimentado
Puede parecer un consejo de sentido común, pero es demasiado fácil subestimar la importancia que tienen para la salud unas cantidades adecuadas de agua y sueño. La mayor parte de la regeneración del organismo se produce por la noche, mientras dormimos, por lo que un sueño adecuado es fundamental para el funcionamiento del metabolismo. Del mismo modo, la hidratación es igualmente crucial. El cuerpo está compuesto en su mayor parte por agua y todas y cada una de las células utilizan agua para mantener un funcionamiento adecuado. Se sabe que beber agua regularmente a lo largo del día aumenta el metabolismo. De hecho, aumentar la ingesta de agua a ocho vasos al día podría ayudar a quemar hasta 20.000 calorías al año.