La vida ha cambiado radicalmente en los últimos cincuenta años y, por desgracia, no todos los cambios son positivos para nuestra salud y bienestar. Puede que no te des cuenta, pero muchas de las cosas que se dan por sentadas en esta época moderna podrían estar perjudicando tu vida sexual.
Los efectos de la dieta actual en nuestra vida sexual
La dieta occidental típica es rica en hidratos de carbono, azúcares añadidos, edulcorantes artificiales y grasas poco saludables, y pobre en frutas y verduras. Además, el tamaño de las raciones se ha disparado desde hace cinco décadas, contribuyendo a la crisis de obesidad occidental moderna.
La obesidad conlleva un gran número de problemas de salud, entre ellos un riesgo mucho mayor de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes e ictus. Además, las personas con obesidad mórbida tienen 25 veces más probabilidades de manifestar insatisfacción sexual que las personas de peso medio. El sobrepeso o la obesidad reducen los niveles de energía y alteran las hormonas, provocando una pérdida física del deseo sexual, pero también pueden disminuir la confianza en uno mismo, reduciendo psicológicamente la libido.
Está demostrado que reducir la ingesta calórica en tan sólo un 10% puede mejorar el sueño, el estado de ánimo y el deseo sexual. Sin embargo, las calorías y el aumento de peso no son los únicos aspectos de la dieta occidental moderna que tienen un efecto negativo sobre la libido. Algunos estudios han demostrado que beber refrescos light, elaborados con edulcorantes artificiales, puede reducir el deseo sexual. Otro estudio descubrió que seguir una dieta baja en grasas puede reducir los niveles de testosterona, lo que tiene un enorme potencial para disminuir el deseo sexual, especialmente en los hombres. Por último, las dietas modernas no suelen ser tan nutritivas como las de décadas pasadas. Se ha demostrado que muchas vitaminas y minerales, como el zinc, la vitamina D y el magnesio, influyen en la libido. Estos mismos nutrientes son de los que muchos de nosotros tenemos carencias.
Tomar más fruta y verdura, comer raciones más pequeñas y eliminar la comida basura pueden ser pequeños pasos hacia una dieta más sana. Considere la posibilidad de tomar un suplemento multivitamínico y multimineral. Mejorar su dieta es una de las formas más sencillas de reducir el riesgo de padecer numerosos problemas de salud, así como de mejorar su vida sexual.
El uso de la tecnología puede disminuir la satisfacción sexual
En los últimos años, los ordenadores portátiles, los televisores y los teléfonos móviles se han hecho más omnipresentes. Cada vez es más frecuente utilizar estos dispositivos prácticamente todo el día. Esto puede conducir a una falta de intimidad con la pareja, según demuestra una investigación. Los psicólogos encuestaron a más de 500 parejas sobre su vida sexual y sus hábitos televisivos y descubrieron que las que no tenían televisión en el dormitorio tenían el doble de relaciones sexuales que las parejas que sí la tenían. Otras investigaciones demuestran que los teléfonos inteligentes y las tabletas en el dormitorio también pueden conducir a una vida sexual menos vigorosa.
La tecnología reduce la frecuencia de las relaciones sexuales no sólo porque es una simple distracción, sino también porque contribuye al insomnio. Las ondas de luz azul emitidas por las pantallas electrónicas impiden que el cerebro segregue melatonina, por lo que se tarda más en conciliar el sueño y se reduce su calidad. El insomnio provoca fatiga y un mayor estrés, dos factores que reducen el deseo sexual.
Si utiliza teléfonos, tabletas, ordenadores portátiles o televisores en su dormitorio, especialmente durante las horas nocturnas, considere la posibilidad de convertir su dormitorio en una zona libre de pantallas. Al hacer de tu dormitorio un refugio tranquilo y seguro, puedes mejorar la intimidad con tu pareja.
Efectos sexuales del sedentarismo moderno
Hace cien años, la gente realizaba trabajos manuales durante todo el día, normalmente en la granja familiar. Este alto nivel de actividad física era estupendo para el cuerpo. Sin embargo, hoy en día los occidentales pasan la mayor parte del día sentados ante un escritorio. La mayoría de nosotros hacemos poco o ningún ejercicio, y esto es una mala noticia para la salud. Además de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, diabetes y otros problemas de salud, el ejercicio es bueno para la vida sexual porque regula los niveles hormonales que contribuyen a una libido sana. La mejora de la circulación sanguínea provocada por el ejercicio también favorece la excitación.
Hacer ejercicio moderado durante sólo 30 minutos al día puede suponer una gran diferencia en cómo te sientes en general. El truco está en encontrar una actividad que le guste. Incluso pasear por tu barrio puede ser beneficioso para tu cuerpo. Si consigue crear un hábito de ejercicio constante, tendrá más energía, mejor salud y un mayor deseo sexual.