La menopausia es diferente para cada mujer. Mientras que en algunas mujeres aumenta el deseo sexual, en muchas disminuye el interés por las relaciones sexuales. Hay muchas razones por las que las mujeres tienden a perder interés en el sexo después de la menopausia, incluidos los cambios hormonales y los cambios físicos que pueden hacer que el sexo sea incómodo o incluso doloroso. A pesar de ello, es posible disfrutar de una vida sexual sana mucho después de la menopausia.
GSM y sexo después de la menopausia
El síndrome genitourinario de la menopausia (GSM, por sus siglas en inglés) es un nombre colectivo que hace referencia a los problemas del tracto urinario y vaginal que experimentan las mujeres cuando atraviesan la menopausia o son posmenopáusicas. Los síntomas del GSM pueden incluir dolor durante las relaciones sexuales, problemas de control de la vejiga, urgencia de orinar y falta de lubricación. Los investigadores han examinado recientemente la prevalencia del GSM y cómo afecta a la capacidad de las mujeres para disfrutar del sexo.
La doctora Amanda Clark y un equipo de investigadores encuestaron a más de 1500 mujeres mayores de 55 años entre marzo y octubre de 2015. La mayoría de las mujeres eran blancas y el 48% declaró no haber tenido actividad sexual en los seis meses anteriores al estudio. Los resultados del estudio se presentaron en la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS).
A las dos semanas de una visita al ginecólogo o al médico de atención primaria, los investigadores se pusieron en contacto con las mujeres tras seleccionarlas como participantes mediante historiales médicos digitales. En la encuesta se preguntaba a las mujeres por su historial de síntomas urinarios, sexuales y vulvovaginales. El cuestionario se elaboró para el Cuestionario de Prolapso de Órganos Pélvicos/Incontinencia Sexual con preguntas que los investigadores diseñaron específicamente.
Por qué muchas mujeres evitan el sexo después de la menopausia
Las razones más frecuentes por las que las mujeres declaran no ser sexualmente activas son la falta de pareja (47%) o la falta de capacidad física o de interés de la pareja (55%).
Muchas participantes también señalaron razones médicas. La micción frecuente, la urgencia de orinar y las pérdidas de orina en la vejiga fueron señaladas por el 7% de las mujeres. El 26% de las mujeres afirmaron que la inactividad sexual estaba causada por irritación, sequedad o dolor. La dispareunia, o dolor durante el coito, fue mencionada como la razón principal por el 24% de las mujeres.
Las mujeres sexualmente activas declararon sentir molestias o dolor durante las relaciones sexuales. El 45% de estas mujeres afirmaron que el dolor estaba presente siempre o habitualmente. El 7% de estas mujeres también declararon pérdidas de orina durante las relaciones sexuales.
El sesenta y cuatro por ciento de las mujeres que no utilizaban lubricante manifestaron sequedad vaginal. Se trata de uno de los síntomas más comunes de la menopausia que experimentan las mujeres y puede aparecer de repente en cualquier fase de la menopausia. Más de la mitad de las mujeres posmenopáusicas de entre 51 y 60 años experimentan sequedad vaginal. Alrededor del 17% de las mujeres de entre 18 y 50 años también manifiestan sequedad vaginal durante las relaciones sexuales, incluso antes de la menopausia.
El estudio reveló que el miedo al dolor es una razón más común (20%) para que las mujeres eviten o restrinjan las relaciones sexuales después de la menopausia que el miedo a los síntomas de la vejiga (9%). La Dra. Clark subrayó la importancia de ampliar el historial sexual de una mujer cuando ésta informa de que no es sexualmente activa, y añadió que los resultados son una razón más para que los médicos mantengan una conversación abierta con las mujeres menopáusicas a fin de garantizar que se tengan en cuenta todas las opciones de tratamiento adecuadas.
Hormonas y deseo sexual
El deseo sexual suele disminuir con la edad. Alrededor de los 40 y 50 años, muchas mujeres empiezan a experimentar una disminución del deseo sexual. Aunque los síntomas físicos de la menopausia pueden minar el deseo sexual, también influyen los cambios hormonales. Durante la menopausia, el cuerpo deja de producir estrógenos. Los niveles de testosterona también disminuyen en las mujeres hacia la mediana edad.
Durante la menopausia, las hormonas que regulan el deseo sexual, la reproducción, el estado de ánimo, etc., empiezan a disminuir, y este descenso de los niveles puede afectar negativamente a la función y el deseo sexuales. Las hormonas actúan como mensajeros en el cuerpo para controlar una amplia gama de funciones. Se cree que hay tres hormonas que afectan a la sexualidad femenina en cierta medida:
- Estrógenos: La principal hormona femenina regula el ciclo menstrual, el desarrollo de los órganos sexuales femeninos y el revestimiento del útero. Durante la perimenopausia, los niveles de estrógeno comienzan a descender drásticamente. La menopausia se produce cuando los niveles de estrógenos son demasiado bajos para que el revestimiento uterino se engrose.
- Testosterona: Las mujeres tienen niveles naturales de testosterona. Esta hormona es producida por los ovarios para ayudar a producir estrógenos. La testosterona disminuye de forma natural con la edad, especialmente después de la menopausia. Algunos estudios han sugerido que los niveles más altos de testosterona están asociados con un mayor comportamiento y deseo sexual en las mujeres.
- Progesterona: Esta hormona femenina favorece el embarazo y controla el ciclo menstrual junto con el estrógeno. Al igual que los estrógenos, los niveles de progesterona disminuyen durante la menopausia. Se cree que los cambios en los niveles de progesterona influyen en el comportamiento sexual femenino.
Mantener una vida sexual sana después de la menopausia
Hay muchas formas de tratar y controlar los síntomas que repercuten negativamente en la salud sexual después de la menopausia. Para contrarrestar el descenso hormonal tras la menopausia, muchos médicos prescriben terapia hormonal. A veces también se prescriben pequeñas dosis de testosterona fuera de indicación junto con la terapia hormonal estándar para mejorar la libido. Las cremas de estrógenos son una solución cuando los problemas vaginales son el principal problema. Los tratamientos hormonales tópicos o locales no conllevan los mismos riesgos que la administración sistémica de hormonas. La crema de estrógenos puede tratar el ardor, la sequedad y la urgencia, así como la irritación al orinar. Algunos suplementos naturales también pueden ayudar a mantener un equilibrio hormonal saludable durante y después de la menopausia.
Los cambios en el estilo de vida también pueden ayudar a abordar los síntomas.
- Adelgazar: Cuanto mayor sea la cantidad de grasa corporal, menor será la testosterona flotante en el cuerpo. Perder el 10 por ciento de su peso corporal puede mejorar drásticamente muchas áreas de su vida, incluyendo su libido.
- Hacer ejercicio: Varios estudios han descubierto que el flujo sanguíneo a los genitales aumenta tras sólo 20 minutos de ejercicio. Esto se traduce en una mayor lubricación y excitación y en mejores orgasmos.
- Utilizar un lubricante: La lubricación es una forma fácil y eficaz de hacer que el sexo sea más placentero si la sequedad es un problema. No des por sentado que todos los lubricantes son de calidad médica y pegajosos; la mayoría de los lubricantes actuales son a base de agua y tienen un tacto natural.