A medida que envejecemos, nuestra piel pierde su capacidad natural de regenerarse, lo que provoca los primeros signos de envejecimiento. Además, las influencias nocivas del medio ambiente y otros factores como el estrés favorecen la formación de radicales libres en la piel. Estas sustancias oxidantes que dañan las células atacan a las células cutáneas y son una de las principales causas del envejecimiento de la piel, un proceso que puede comenzar ya en la segunda década de vida.
Los numerosos conceptos terapéuticos de la medicina estética se centran en el aspecto exterior. Se inyectan arrugas, se elimina el exceso de piel, se aspiran los depósitos de grasa. Sin embargo, cada vez más personas son conscientes de que, a largo plazo, un enfoque holístico es la mejor alternativa.
No es sólo la salud la que viene del interior: en cierto sentido, también es la belleza. El interés recientemente despertado por la estética holística incluye también la integración de una nutrición sana, que tenga en cuenta una posible carencia de nutrientes propias del organismo, así como la presencia de un exceso de sustancias extrañas al cuerpo. La ingesta equilibrada de nutrientes importantes también puede influir positivamente en los cambios cutáneos relacionados con la edad y en el estado de la piel en su conjunto.
Hasta ocho factores diferentes pueden causar problemas cutáneos. El primero y más importante es la necesidad de mantener un riego sanguíneo óptimo en la piel. El envejecimiento general también puede deberse a un estrés excesivo, que afecta a la piel. También es frecuente que la regeneración celular se ralentice o se vea afectada. Cuando la piel sufre debido a estos factores, pierde su luminosidad. Por último, también disminuye la capacidad de la piel para retener la humedad.
Ciertos micronutrientes y oligoelementos son esenciales para la renovación de la estructura del tejido cutáneo. Una carencia de estos elementos puede tener un efecto negativo en el aspecto de la piel.
Los siguientes nutrientes pueden tener un efecto positivo sobre la piel:
Hojas de té blanco: Estas valiosas ingredientes, que se encuentran en las hojas sin abrir de la planta del té cubiertas de plumón blanco y se absorben a través del té elaborado con ellas n , pueden ayudar a mantener la tensión arterial ya dentro de los límites normales, mientras que sus polifenoles pueden favorecer el crecimiento celular normal. Además, pueden tener un efecto positivo sobre la elasticidad de la piel y favorecer su regeneración.
Raíz de bardana: La bardana (Arctium lappa) pertenece a la familia de las margaritas. La planta es originaria de Europa, el norte de Asia y Norteamérica. Los componentes más importantes son la inulina, los lignanos (arctiina) y el mucílago. La planta también contiene pequeñas cantidades de aceites esenciales, ácidos vegetales y polienos azufrados. El extracto de raíz de bardana puede ayudar contra las manchas y las irritaciones cutáneas, estimular el metabolismo y favorecer la excreción a través de la piel.
Flores de trébol rojo: Son ricas en isoflavonas. Pueden ayudar a estimular la circulación sanguínea y favorecer un cutis más terso y firme. Presumiblemente, también aumentan la elasticidad de la piel y contrarrestan las impurezas cutáneas.
Raíz de diente de león: Contiene sustancias amargas e importantes minerales. Puede tener un efecto positivo en el metabolismo cutáneo y favorecer la capacidad de regeneración de la piel.
Semillas de cardo mariano: Estas semillas son ricas en flavonoides, esteroles y aceites, que pueden ayudar a reducir la sequedad de la piel y las arrugas, entre otras cosas. Dado que la planta tiene un efecto positivo sobre la función hepática, el aspecto de la piel también puede mejorar notablemente.
Cola de caballo: Tiene un alto contenido de ácido silícico, que tiene un efecto drenante y puede fortalecer el tejido conjuntivo. También puede promover la elasticidad de la piel y apoyar positivamente la apariencia general de la piel.
Vitamina C: Especialmente los cítricos de todo tipo son fuentes ricas en vitamina C, pero también el brécol, los pimientos rojos y las grosellas. La coliflor y las fresas también tienen un alto contenido en ácido ascórbico. La vitamina C es una vitamina hidrosoluble y se considera un nutriente esencial. Esta vitamina puede proteger la piel de la irritación y el estrés ambiental, así como favorecer la capacidad de regeneración de la piel.
Semillas de uva: Las semillas de uva aportan OPC, un nutriente con un fuerte efecto protector de las células, incluso más potente que la vitamina C y la vitamina E. El OPC puede tener un efecto positivo sobre la producción de colágeno en la piel, además de favorecer el envejecimiento cutáneo.
Flores de caléndula: Estas flores contienen, entre otras cosas, valiosos flavonoides que favorecen la renovación de las células. Al mismo tiempo, pueden ayudar contra la piel seca y promover la formación de nuevo tejido cutáneo.
Hojas de aloe vera: El aloe vera también tiene efectos positivos sobre la piel. El gel que contiene se compone principalmente de agua, que proporciona a la piel la hidratación que necesita y la calma al mismo tiempo. Así, la planta ayuda a calmar las irritaciones cutáneas y a reafirmar la piel.
Ácido hialurónico: Alimentos como la carne, el caldo de huesos, pero también las patatas contienen mucho ácido hialurónico. El ácido hialurónico es el principal componente del líquido sinovial entre las articulaciones. Al mismo tiempo, estimula la formación de colágeno y elastina. Esto es importante para crear un tejido conjuntivo firme y tenso. Un aporte optimizado de ácido hialurónico contribuye así a una piel firme y regula desde el interior la película de humedad de la piel.
Otros nutrientes valiosos para la piel son la luteína, la zeaxantina, el MSM, el selenio, el ácido alfa-lipoico y las vitaminas.
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