Können Probiotika vor Stress schützen?

¿Pueden los probióticos protegernos del estrés?

Un nuevo estudio se suma a las crecientes pruebas que confirman que los probióticos pueden proteger contra el estrés. Los investigadores están estudiando la aplicación de un tipo de bacteria buena que, si tiene éxito en los ensayos con humanos, podría dar lugar a una inmunización basada en probióticos para combatir trastornos del estado de ánimo como la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático.

El complejo vínculo entre la salud intestinal y la salud mental

Con el tiempo, los investigadores han seguido centrando sus esfuerzos en investigar el complejo vínculo entre el cerebro y las bacterias intestinales. En numerosos estudios, se han establecido asociaciones entre los billones de bacterias de nuestro tracto digestivo y todo tipo de factores, desde la función metabólica hasta la regulación del estado de ánimo. Cada nuevo estudio se suma a las pruebas de que el equilibrio intestinal y la salud mental están íntimamente ligados en una relación altamente codependiente.

Un estudio descubrió que la falta de bacterias intestinales alteraba zonas del cerebro asociadas a la ansiedad y la depresión. Según otro estudio, se ha demostrado que la alteración del equilibrio microbiano intestinal y del eje intestino-cerebro causa depresión. Del mismo modo, investigaciones anteriores pusieron de relieve que el estrés de los primeros años de vida alteraba las bacterias intestinales de tal forma que aumentaba el riesgo de ansiedad en etapas posteriores de la vida.

El vínculo entre el intestino y el cerebro es también una relación bidireccional. Mientras que la falta o el desequilibrio de bacterias beneficiosas en el intestino puede aumentar el estrés, la neuroinflamación y, posiblemente, provocar trastornos del estado de ánimo, cada vez hay más pruebas de que el estrés también tiene efectos directos y perjudiciales sobre el equilibrio de las bacterias intestinales.

Dadas todas las pruebas que apoyan esta asociación entre nuestro bienestar emocional y las bacterias intestinales, los científicos están investigando métodos para ajustar las bacterias intestinales en un esfuerzo por protegernos de los efectos del estrés.

Mycobacterium Vaccae: Los probióticos protegen contra el estrés

En este nuevo estudio sobre las bacterias intestinales, investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder se han basado en investigaciones anteriores sobre la bacteria del suelo Mycobacterium vaccae, en las que se descubrió que los ratones a los que se inoculó la bacteria experimentaban menos inflamación y presentaban menos síntomas de ansiedad.

En su trabajo más reciente, el equipo de investigadores quiso profundizar en esta bacteria buena para descubrir exactamente cómo afecta Mycobacterium vaccae al cerebro. Para ello, los investigadores inyectaron a ratas macho la bacteria beneficiosa una vez a la semana durante tres semanas y realizaron mediciones de las proteínas del cerebro. Destacaron dos hallazgos importantes:

  1. Can Probiotics Protect Against Stress?El equipo descubrió que una semana después del último tratamiento, las ratas inoculadas poseían niveles significativamente más altos de una proteína antiinflamatoria concreta denominada interleucina-4 en la región del hipocampo del cerebro. El hipocampo desempeña un papel clave en el aprendizaje y la memoria. Parte integrante del sistema límbico, una de las funciones del hipocampo es la regulación de las respuestas de ansiedad y miedo.
  2. Además de aumentar las proteínas antiinflamatorias, los investigadores descubrieron que cuando las ratas inoculadas eran sometidas a una situación de estrés, la bacteria Mycobacterium vaccae disminuía los niveles de HMGB1, una proteína inducida por el estrés que sensibiliza el cerebro a la inflamación, y aumentaba los niveles de CD200R1, un receptor que preserva el estado antiinflamatorio de las células inmunitarias del cerebro.

“Hemos descubierto que, en los roedores, esta bacteria concreta, Mycobacterium vaccae, cambia el entorno del cerebro hacia un estado antiinflamatorio. Si se pudiera hacer esto en las personas, podría tener amplias implicaciones para una serie de enfermedades neuroinflamatorias”, afirmó en un comunicado el Dr. Matthew Frank, autor principal del estudio e investigador asociado sénior del Departamento de Psicología y Neurociencia de la Universidad de California en Boulder.

Los trastornos del estado de ánimo relacionados con el estrés, como la ansiedad, la depresión y el TEPT, afectan a una de cada cuatro personas al menos una vez en la vida. Hay pruebas sólidas de que estos trastornos relacionados con el estrés están causados, al menos en parte, por la inflamación. “Existe una sólida bibliografía que demuestra que si se induce una respuesta inmunitaria inflamatoria en las personas, éstas muestran rápidamente signos de depresión y ansiedad. Piense en cómo se siente cuando tiene gripe”, añade el Dr. Frank.

El autor principal del estudio, el Dr. Christopher A. Lowry, profesor asociado de fisiología integrativa en la CU Boulder, lleva 17 años estudiando Mycobacterium vaccae. Explica que sus hallazgos ayudan a esclarecer aún más la relación entre los probióticos y los trastornos del estado de ánimo, al demostrar que los probióticos ayudan a proteger contra el estrés. Según el Dr. Lowry, “si nos fijamos en el campo de los probióticos en general, se ha demostrado que tienen fuertes efectos en los ámbitos de la función cognitiva, la ansiedad y el miedo. Este trabajo ayuda a dar sentido a eso sugiriendo que estos microbios beneficiosos, o las señales derivadas de estos microbios, de alguna manera se abren camino hasta el hipocampo, induciendo un estado antiinflamatorio”.

Aunque las inyecciones de Mycobacterium vaccae aún no se han probado en humanos, el equipo confía en que pronto se disponga de un método de tratamiento similar para las personas con riesgo de desarrollar estos trastornos del estado de ánimo inducidos por la inflamación. “Es necesario seguir investigando, pero es posible que otras cepas de bacterias beneficiosas o probióticos tengan un efecto similar en el cerebro”, afirma el Dr. Lowry.

Sus hallazgos se han publicado en la revista Brain, Behavior, and Immunity.

Deja un comentario

Carrito de compra