Saisonale affektive Störung (SAD): Wie der Wechsel der Jahreszeiten Ihre Stimmung verändern kann

Trastorno afectivo estacional (TAE): Cómo el cambio de estación puede cambiar el estado de ánimo

El trastorno afectivo estacional (TAE) es un tipo de depresión que aparece y desaparece con las estaciones. El patrón más típico del TAE es que los síntomas comiencen a finales de otoño o principios de invierno y desaparezcan con la llegada de la primavera. También es posible que el trastorno afectivo estacional se manifieste en verano, aunque es bastante raro.

TAE: posibles factores de riesgo

En décadas anteriores, el trastorno afectivo estacional se consideraba una afección completamente distinta del trastorno depresivo mayor. Sin embargo, ahora los profesionales lo consideran simplemente un subconjunto del trastorno depresivo mayor, con un aspecto estacional añadido.

Para ser diagnosticado de TAE, hay que cumplir todos los criterios de la depresión clínica, sólo se debe experimentar la depresión durante una estación concreta y debe producirse durante un mínimo de dos años. Si se presentan varios de los síntomas siguientes, es posible que se cumplan los criterios diagnósticos de un episodio depresivo mayor:

  • ansiedad
  • cambios en el apetito o el peso
  • dificultad para concentrarse
  • sensación de desesperanza
  • tristeza
  • sensación de inutilidad
  • sentimientos de culpa
  • irritabilidad
  • falta de energía
  • letargo o pereza
  • pérdida de interés por actividades que antes se disfrutaban
  • trastornos del sueño
  • pensamientos de muerte o de suicidio
  • los síntomas deben estar presentes en la mayoría de los días y situaciones

Existen determinados factores de riesgo del trastorno afectivo estacional. Las mujeres tienen cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticadas de trastorno afectivo estacional. Las personas que viven lejos del ecuador -ya sea en el norte o en el sur- tienen muchas más probabilidades de padecer este trastorno. Por ejemplo, mientras que sólo el 1% de los residentes en Florida padecen trastorno afectivo estacional, el 9% de los residentes en Alaska lo sufren. El trastorno afectivo estacional se diagnostica con mayor frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes, lo que puede indicar que la edad temprana es un factor de riesgo, aunque también puede ser que los adultos mayores sean menos propensos a buscar diagnóstico y ayuda para este trastorno. Por último, los antecedentes familiares de trastorno afectivo estacional, depresión mayor y posiblemente otras enfermedades psiquiátricas pueden aumentar el riesgo de desarrollar el trastorno afectivo estacional.

¿Por qué aparece el TAE?

Seasonal Affective Disorder (SAD): How Changing Seasons Can Change Your MoodHay varios factores que contribuyen a la depresión en los meses más oscuros del año (las causas de la depresión estival son mucho menos conocidas). La serotonina es un neurotransmisor muy responsable del mantenimiento de un estado de ánimo normal; la producción de esta sustancia química se desencadena en parte por la exposición a la luz solar. Como hay mucha menos luz solar durante el otoño y el invierno, los niveles de serotonina pueden caer en picado. Menos luz solar también significa menos producción de vitamina D; la falta de este nutriente se ha relacionado en gran medida con la depresión y el estado de ánimo.

La melatonina es otro neurotransmisor cuya presencia favorece la somnolencia mental y física, importante para conciliar el sueño por la noche. La melatonina empieza a segregarse cuando se pone el sol; la oscuridad desencadena su liberación. Cuando el mundo que nos rodea está a oscuras todo el tiempo, la melatonina puede liberarse a horas inadecuadas, lo que provoca letargo y falta de concentración, que son síntomas integrales de la depresión para muchas personas.

En otoño e invierno, la oscuridad generalizada del mundo exterior puede tener un efecto negativo en la química cerebral y provocar depresión. El frío y el tiempo sombrío también pueden llevar a muchas personas a quedarse en casa. Aunque puede resultar acogedor quedarse en casa en invierno, la desventaja es que puede conducir al aislamiento social. El aislamiento social puede ser un factor que contribuya a la depresión invernal en algunos enfermos.

¿Cómo se puede tratar el TAE?

Hay muchos ángulos posibles para tratar la depresión estacional. Los pilares del tratamiento son la medicación para ayudar a reequilibrar la química cerebral y la psicoterapia especializada para la depresión estacional. La terapia es excelente para ayudar al paciente a aprender a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos que perpetúan la depresión, aprender formas saludables de afrontar la depresión y aprender a controlar el estrés.

El principal aspecto del tratamiento del trastorno afectivo estacional, que no se utiliza para tratar la depresión convencional, es la fototerapia. El objetivo de la fototerapia es imitar la luz natural del exterior para sustituir la luz solar que se pierde durante el invierno. Este tratamiento se utiliza para la depresión estacional desde la década de 1980. La fototerapia tradicional consiste en sentarse frente a una luz brillante especialmente fabricada durante 20 a 60 minutos, normalmente en la primera hora después de despertarse por la mañana.

Una queja habitual de las personas que utilizan la fototerapia es que no siempre tienen tiempo para sentarse delante de la luz cada mañana. Para que la fototerapia sea más flexible y cómoda, varias empresas han desarrollado unas gafas especiales que emiten luz. Con estas gafas especiales, el usuario puede seguir realizando sus tareas cotidianas mientras recibe dosis terapéuticas de luz que no afectan a la calidad de la visión.

Además de estos tratamientos, otra gran adición a un plan de tratamiento de la depresión estacional es tomar un suplemento que contenga vitamina D, que se ha demostrado en la investigación para ayudar a aliviar los síntomas depresivos. Por último, un hábito importante que deben desarrollar las personas que sufren cualquier tipo de depresión es el ejercicio. Las investigaciones demuestran que el ejercicio regular puede ser tan eficaz como la medicación o la psicoterapia. Incluso 30 minutos de ejercicio aeróbico tres veces por semana pueden marcar una gran diferencia. El ejercicio alivia la depresión porque libera endorfinas, regula el ritmo circadiano, reduce el estrés, aumenta la exposición a la luz si se hace al aire libre y puede ayudar a mejorar la autoestima.

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