Las células sanas que comienzan a debilitarse se vuelven más susceptibles a una variedad de enfermedades y dolencias. Esto aumenta el riesgo de problemas de salud como las enfermedades del corazón, el cáncer y una miríada de otras condiciones de salud. La noticia prometedora es que las investigaciones han demostrado que determinados ingredientes naturales pueden promover el crecimiento de las células sanas y protegerlas de los daños causados por los peligrosos radicales libres.
Tres de los ingredientes clave que se han identificado por su papel en el apoyo a las células sanas son el indol-3-carbinol (I3C), el sulforafano (SF) y los glucosinolatos. Los científicos han podido apoyarse en los datos de varios estudios epidemiológicos para comprender cómo actúan estos componentes vegetales para mantener una función celular óptima. A continuación se ofrece más información sobre estos tres ingredientes de eficacia probada y sobre cómo pueden proteger contra una serie de enfermedades.
Indol-3-carbinol (I3C)
El I3C es un compuesto que se encuentra en varias verduras crucíferas, como la col rizada, el brócoli, la col y las coles de Bruselas. Se trata de un tipo de antioxidante que ha demostrado neutralizar eficazmente el poder de los radicales libres que van tras las células sanas. Como resultado de esta neutralización, el I3C también es útil para modular los niveles de inflamación perjudicial en el cuerpo.
El compuesto I3C puede ser beneficioso para la prevención y el tratamiento de muchos tipos de cáncer, como el de mama, el de cuello de útero, el de próstata y el colorrectal. Los médicos del Sloane Kettering de Nueva York han llegado a recomendar dietas con alto contenido en I3C por su capacidad de ralentizar el crecimiento del cáncer.
Además, se ha demostrado que el I3C inhibe la eficacia de los radicales libres que provocan la oxidación de las grasas. Esto podría ayudar a mitigar el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Sulforafano (SF)
Otro compuesto que se encuentra en las verduras crucíferas es un isotiocianato conocido como sulforafano (SF). Este compuesto se encuentra en niveles especialmente altos en el brócoli y los brotes de brócoli. Se ha demostrado que el SF puede proteger contra el cáncer, ya que mantiene un crecimiento celular óptimo. El compuesto también puede servir como un eficaz agente quimioprotector dentro de las células.
Una serie de estudios muy respetados han demostrado la ciencia que hay detrás del uso del SF. Por ejemplo, un estudio reveló que la toma de 60 mg al día de sulforafano funcionó para ralentizar la tasa de duplicación del biomarcador de cáncer asociado con el cáncer de próstata, conocido como el antígeno específico de la próstata (PSA, del inglés Prostate-Specific Antigen), en un 86 por ciento. Esta ralentización funcionó sin afectar a los niveles de testosterona relacionados. Los estudios también han demostrado que el SF puede reducir el riesgo y el crecimiento del cáncer de mama y del cáncer de pulmón.
Además de ofrecer protección contra el cáncer, se ha demostrado que el SF puede ser tan útil como los antibióticos cuando se trata de tratar las bacterias que provocan las úlceras pépticas. En este sentido, el SF actúa reduciendo el nivel de la bacteria helicobacter pylori, causante de las úlceras, que reside en el revestimiento del estómago. Esto ofrece una esperanza para los enfermos de úlceras gástricas que pueden ser resistentes a los antibióticos.
Las personas que desean perder peso también pueden beneficiarse de la ingesta de SF. Se ha demostrado que el compuesto aumenta significativamente el tejido adiposo marrón, conocido más comúnmente como “grasa marrón”, ayudando a acelerar la pérdida de peso. El SF también aumenta la capacidad de respuesta de la leptina, disminuyendo los niveles de hambre para que no tenga la tentación de comer en exceso.
Glucosinolatos
Los glucosinolatos se hidrolizan para formar isotiocianato, ayudando a poner en marcha las enzimas de desintoxicación de fase 2. Esto funciona para ofrecer protección contra los tipos de crecimiento celular anormal inducidos químicamente. Al igual que el I3C y el SF, los glucosinolatos también se encuentran en abundancia en las verduras crucíferas. De hecho, son los productos químicos que contienen azufre de los glucosinolatos los que causan el aroma distintivo y el sabor amargo asociado a esta clase de verduras.
Los glucosinolatos pueden actuar de varias maneras para proteger contra el crecimiento celular no saludable en ratas y otros animales. Estos compuestos ayudan a proteger las células del daño al ADN, al tiempo que actúan para desactivar los carcinógenos que provocan el cáncer. Los glucosinolatos además tienen potentes efectos antivirales, antibacterianos y antiinflamatorios. Este compuesto resulta también útil para limitar la migración celular insana que acelera la metástasis.
Cómo promover el crecimiento de células sanas
Está claro que llevar una dieta que incluya una variedad de verduras crucíferas contribuirá a mejorar la salud física en general. Además de ser una gran fuente de los tres ingredientes mencionados, este tipo de verduras también tienen un alto contenido en fibra y vitaminas A, C y E. Además, también pueden resultar útiles los suplementos dietéticos que contienen indol-3-carbinol, sulforafano y glucosinolatos.