Admitámoslo, cuando se trata del tema del control de la natalidad, la mayoría de la gente lo considera principalmente una cuestión femenina. Durante décadas, la ciencia ha dedicado mucha investigación, tiempo y energía a crear preparados farmacológicos destinados a reducir las posibilidades de concebir de la mujer. Al mismo tiempo, los hombres sexualmente activos que deseaban reducir sus posibilidades de engendrar un hijo tenían pocas opciones. Aunque se hicieron algunos intentos de inventar un equivalente masculino a los anticonceptivos hormonales femeninos, la investigación nunca avanzó lo suficiente. Como resultado, las opciones de control de la natalidad masculina se han limitado a dispositivos anticonceptivos como los preservativos, la vasectomía o la forma más anticuada de control de la natalidad: la abstinencia.
Recientemente, se ha renovado el esfuerzo por crear una forma fiable y eficaz de control de la natalidad masculina. Las investigaciones actuales, así como los estudios que está previsto iniciar en un futuro inmediato, están examinando la posibilidad de establecer protocolos de tratamiento médico aceptados para los hombres interesados en utilizar opciones anticonceptivas.
Promising Male Birth Control Shot Shelved
En 2008, un estudio patrocinado por las Naciones Unidas midió la eficacia de una prometedora inyección anticonceptiva masculina que contenía testosterona sintética y la hormona femenina progestina. Más de 300 hombres de entre 18 y 45 años recibieron inyecciones de este preparado cada ocho semanas. Los resultados fueron asombrosos. El recuento de espermatozoides se redujo drásticamente en el 96% de los sujetos. Pero, por desgracia, las inyecciones provocaron consecuencias para la salud, como cambios de humor, depresión y anomalías cardíacas, lo que obligó a los investigadores a interrumpir el estudio en 2012.
Control de la natalidad masculina: Una empresa complicada
En 2016, un equipo de investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Minnesota reabrió el caso de la anticoncepción masculina y emprendió una búsqueda para identificar qué sustancias químicas eran prometedoras para su uso en la formulación de un fármaco que dificulte la fertilidad masculina. En el transcurso de su trabajo, estos científicos llegaron a la conclusión de que encontrar un fármaco que encaje en el proyecto de ley será una tarea ardua porque cualquier sustancia de este tipo debe poseer todos los atributos siguientes:
- Debe ser soluble. En otras palabras, debe poder tomarse por vía oral en forma de píldora y disolverse rápida y eficazmente.
- Su impacto sobre la fertilidad debe ser inmediato.
- Podría ingerirse de forma segura durante un largo periodo de tiempo sin causar efectos secundarios significativos o graves a largo plazo para la salud general del hombre prescrito, su esperma o los embriones de su pareja (en caso de que él y su pareja cambien de opinión y decidan intentar formar una familia).
Estos investigadores también opinaron que los intentos anteriores de crear un método anticonceptivo diseñado específicamente para los hombres eran defectuosos porque no cumplían estos importantes mandatos. Además, creían que otra de las claves de un gran avance dependería de que los investigadores no se limitaran a intentar identificar un fármaco, sino que tal vez adoptaran la voluntad de modificar la composición química de sustancias específicas y experimentaran con su eficacia.
A principios de 2018, estos mismos investigadores de la Universidad de Minnesota informaron de que habían identificado una sustancia específica prometedora para su uso en una fórmula anticonceptiva masculina. Esta sustancia, conocida como ouabaína, es muy tóxica en su forma natural y puede detener los latidos del corazón humano si se utiliza en dosis excesivamente altas. El equipo de científicos ha aislado una versión modificada de la ouabaína y ha descubierto que el vástago de la sustancia ha mostrado la capacidad de reducir la motilidad de los espermatozoides (la velocidad y la fuerza con la que nadan) en ratas de laboratorio.
Estudio sobre el gel anticonceptivo
Además de la posible aparición de una píldora anticonceptiva masculina, los investigadores han desarrollado un gel que algún día podría dificultar también la fertilidad masculina. En el primer semestre de 2018, investigadores del Instituto Nacional de Salud y de una organización sin ánimo de lucro conocida como Population Council supervisarán un ensayo clínico en el que participarán más de 400 hombres de seis países: Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Suecia, Chile y Kenia. En este ensayo, los investigadores probarán la eficacia de un gel que contiene Nestorone, una sustancia que se cree que inhibe la producción por los testículos de las cantidades de testosterona necesarias para crear espermatozoides. Los sujetos de la prueba se aplicarán el gel en parches de piel de la parte superior de los brazos y los hombros una vez al día durante varios meses. A continuación, los investigadores estudiarán cuántos sujetos y sus parejas no lograron concebir para calibrar la eficacia del fármaco.
¿Qué significan estos estudios para el futuro?
Durante muchos años, la investigación científica en torno a la aparición de fármacos anticonceptivos masculinos fue lenta y se estancó. Se puede decir con seguridad que esa tendencia ha cambiado y que se han hecho y se siguen haciendo progresos notables. Dicho esto, la mayoría de los profesionales médicos coinciden en que pasarán varios años antes de que un preparado de este tipo esté disponible para el consumo público.