Una investigación demuestra que unos sencillos cambios en el estilo de vida mejoran la salud del corazón

Nuevos estudios indican que incluso pequeños cambios en el estilo de vida mejoran la salud del corazón, lo que permite albergar la esperanza de que no son necesarios cambios drásticos para beneficiar al organismo.

Un estudio demuestra que unos sencillos cambios en el estilo de vida mejoran la salud del corazón

Research Shows Simple Lifestyle Changes Increase Heart Health 2Un estudio realizado por investigadores de Carolina del Norte analizó cómo un cambio de estilo de vida de 16 semanas afectaría a los casos de hipertensión. Sus hallazgos, que se dieron a conocer en las Sesiones Científicas Conjuntas de Hipertensión 2018 de la Asociación Americana del Corazón, mostraron que la necesidad de medicación disminuyó en los sujetos de prueba. La investigación evaluó los resultados en 129 hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 80 años que eran clínicamente obesos o tenían un sobrepeso significativo y a los que se les había diagnosticado hipertensión. Aunque todos los sujetos de la prueba cumplían los requisitos para recibir medicación contra la hipertensión, ninguno la tomó durante el periodo de estudio.

Para el estudio, se dividió a las personas en tres grupos. Al grupo uno se le pidió que siguiera la dieta DASH, una dieta basada en plantas y diseñada específicamente para beneficiar la salud del corazón. Esta dieta se centra en las frutas, las verduras, las semillas, los frutos secos y los cereales integrales, al tiempo que permite el consumo de aves de corral, legumbres y productos lácteos descremados. Las grasas saturadas se evitan en la medida de lo posible. El grupo uno también asistió a sesiones de asesoramiento y participó en sesiones de ejercicio supervisadas tres días a la semana. Al segundo grupo se le pidió que siguiera la misma dieta DASH, pero por lo demás no se modificó su estilo de vida. Al tercer grupo se le permitió vivir como lo haría normalmente, incluida su dieta habitual.

El grupo uno fue el que más se benefició del estudio de 16 semanas, ya que redujo su presión arterial y su peso. De media, cada uno de ellos perdió 19 libras y su presión arterial bajó 16 milímetros de mercurio (mm Hg) en la sistólica y 10 mm Hg en la diastólica. El grupo dos obtuvo algunos beneficios al seguir la dieta sola, con un descenso medio de la tensión arterial de 11 mm Hg en la sistólica y 8 mm Hg en la diastólica. El último grupo registró un descenso medio de la presión arterial de 3 mm Hg sistólica y 4 mm Hg diastólica.

Al final del estudio, se examinó a cada participante para determinar qué individuos seguían cumpliendo los requisitos para recibir medicación contra la hipertensión. Sólo el 23% de los participantes de los grupos uno y dos seguían cumpliendo los criterios para la medicación contra la hipertensión. Del primer grupo, que seguía la dieta DASH combinada con ejercicio y asesoramiento, sólo el 15% seguía cumpliendo los requisitos para la medicación.

El Dr. Alan Hinderliter, que dirigió el estudio en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, afirma que los resultados demuestran que incluso breves modificaciones del estilo de vida pueden afectar a la salud del corazón. Unas ligeras modificaciones en el estilo de vida pueden bastar para eliminar la necesidad de tomar medicamentos que reduzcan la tensión arterial. El Dr. Hinderliter sugiere que se realicen más investigaciones sobre los efectos del estilo de vida en la presión arterial y la hipertensión. Sin embargo, la Asociación Americana del Corazón (AHA) ya recomienda cambiar a una dieta más sana y aumentar la actividad física para beneficiar la salud en general.

Pasear con regularidad podría prevenir la insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca congestiva es una enfermedad en la que el corazón no bombea la sangre con la eficacia debida y puede ser consecuencia de un corazón debilitado. También puede deberse a la rigidez de los músculos del corazón. Afecta a más de 5 millones de personas de todas las edades, pero es más frecuente en mujeres mayores de 65 años. Una vida de tabaquismo, malos hábitos alimentarios y sedentarismo son las causas habituales de la insuficiencia cardiaca congestiva.

Research Shows Simple Lifestyle Changes Increase Heart Health 1Un equipo de investigación de Buffalo (Nueva York) quería examinar cómo los cambios en el estilo de vida mejoran la salud del corazón. Su objetivo era comprobar si dos tipos concretos de insuficiencia cardíaca, la insuficiencia cardíaca con eyección reducida (IC-FEr) y la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (IC-FEP), podían prevenirse mediante cambios en el estilo de vida. El estudio fue dirigido por Michael LaMonte, profesor asociado de la Universidad de Búfalo. En la IC-FEM, el lado izquierdo del corazón no bombea suficiente sangre para abastecer al resto del organismo. Por el contrario, la IC-FEM es un trastorno en el que el corazón bombea suficiente sangre, pero los ventrículos no pueden retenerla para abastecer al organismo. En este último caso, los ventrículos se vuelven rígidos o reducen su tamaño, por lo que no tienen capacidad suficiente. La HFrEF suele ser mortal, pero la HFpEF es más frecuente y afecta a mujeres y minorías.

Los investigadores examinaron los registros de 137.303 participantes en una encuesta de la Iniciativa para la Salud de la Mujer. La encuesta proporcionó información sobre la salud de las mujeres posmenopáusicas, en particular sobre la relación entre la actividad física y su salud general. La encuesta permitió al grupo de LeMonte aislar a 35.272 mujeres que padecían uno u otro de los dos tipos de insuficiencia cardiaca que su propia investigación pretendía examinar. Descubrieron que caminar repercutía significativamente en la salud cardiaca de las mujeres mayores de 60 años. Dedicar tan sólo entre 30 y 45 minutos diarios al ejercicio físico ayudaba a reducir en un 9% las probabilidades de sufrir insuficiencia cardiaca. Más concretamente, los riesgos de desarrollar IC-FEM se redujeron en un 8%, mientras que la actividad física disminuyó los riesgos de IC-FEM en un 10%.

Lo interesante para los investigadores fue que el nivel de intensidad del ejercicio no afectó a los resultados. Los resultados fueron los mismos, tanto si las mujeres caminaban, trotaban o realizaban otras actividades. El único factor determinante fue la cantidad de tiempo dedicado a la actividad física. Siempre que realizaran entre 30 y 45 minutos de actividad, se beneficiaban de una mejor salud cardiaca.

Estos hallazgos ofrecen esperanzas a los adultos mayores que deseen actuar para cambiar su estado de salud cardiaca. La investigación indica que no es necesario hacer cambios drásticos ni esforzarse en exceso para mejorar la salud del corazón. Simplemente seleccionando actividades físicas que nos gusten, como pasear por un parque, y participando en ellas con regularidad, nuestra salud cardiaca puede mejorar.

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