Una nueva investigación descubre los efectos desconocidos de la luz azul sobre el sueño

Quien haya estado al tanto de las últimas investigaciones, probablemente sea consciente de los efectos negativos de la luz azul de los dispositivos electrónicos sobre el sueño. Cada vez se nos advierte más de que dejemos el smartphone y apaguemos el portátil por la noche. La relación entre los bajos niveles de melatonina y la luz azul está bien establecida. Sin embargo, la luz azul puede estar afectándonos de más formas de las que creíamos.

Luz, melatonina y sueño

A lo largo de la historia de la humanidad, la gente se ha ido a la cama poco después del anochecer. Nuestros cuerpos están preparados bioquímicamente para este comportamiento. Cuando nuestras retinas dejan de percibir la luz, envían un mensaje al núcleo supraquiasmático (NSC) del hipotálamo. Esta parte del cerebro funciona como el temporizador de nuestros relojes internos, poniendo en marcha una cascada de acontecimientos que nos preparan para el sueño. Una de las principales formas de hacerlo es mediante la liberación de melatonina en la glándula pineal. A la inversa, en las primeras horas de la mañana, cuando aparece la luz, la producción de melatonina se detiene. En ese momento, nuestro cuerpo pasa a producir cortisol y otras hormonas que aumentan el estado de alerta.

Siendo realistas, un día en la vida moderna no termina al ponerse el sol. Estamos expuestos a la luz artificial procedente de diversas fuentes, como bombillas, televisores, ordenadores y teléfonos inteligentes. Aunque incluso la luz artificial tenue puede afectar a la producción de melatonina, parece que los efectos de la luz azul, como la que emiten dispositivos como tabletas y smartphones, pueden ser aún mayores.

Más que melatonina: el problema de la luz azul

La luz azul está constantemente presente en nuestro mundo. ¿Cuántas personas se acuestan con un e-reader, una tableta o un smartphone en la mano? Esto puede tener un impacto inmenso en el tiempo que tardamos en dormirnos, así como en la calidad de nuestro sueño. Los ojos humanos tienen fotorreceptores especiales sensibles a la longitud de onda que detectan la luz azul, que parecen desactivar la producción de melatonina de forma más eficaz que otros tipos de receptores oculares.

Los ratones también tienen un ritmo circadiano, aunque opuesto al nuestro. Los ratones son nocturnos y duermen principalmente durante el día, lo que significa que están preparados para producir melatonina y dormirse en presencia de luz. Aunque tienen una reacción a la luz muy diferente a la de los humanos, poseen los mismos receptores para la luz azul en sus retinas. En un experimento reciente, los ratones se adormecían al exponerse a la luz, como era de esperar. Sin embargo, cuando se exponían únicamente a la luz azul, estos ratones se volvían más activos y tardaban mucho más en dormirse. Esto no ocurría en los ratones criados sin fotorreceptores de luz azul.

Curiosamente, la luz azul parece retrasar el sueño tanto como lo hace en los humanos, con un efecto mayor que la luz verde y violeta. Los científicos responsables de estos estudios creen que esto se debe a que la luz azul también puede aumentar los niveles de hormonas del estrés, como el cortisol. Estas hormonas son señales de vigilia, lo que explica los efectos despertadores de la luz azul tanto en animales diurnos como nocturnos.

La luz azul: Una posible causa de la alteración del ritmo circadiano

New Research Uncovers Previously-Unknown Effects of Blue Light on SleepAunque la luz azul está presente en la luz solar, lo está en cantidades muy inferiores a las que se observan en los dispositivos electrónicos. La luz solar contiene todo el espectro de luz, por eso puede refractarse en un arco iris. En cambio, la mayoría de los aparatos contienen casi exclusivamente longitudes de onda de luz azul. Dado que la luz azul reduce la producción de melatonina y puede incluso aumentar los niveles de cortisol, esto tiene inmensas implicaciones para la salud humana.

Los trastornos del sueño están aumentando en Estados Unidos; el incremento de los niveles de luz azul en nuestro entorno, que inhibe la producción de melatonina y aumenta los niveles de la hormona del estrés, puede ser parte de la causa. Sin embargo, muchas personas están atadas a sus dispositivos. Utilizamos teléfonos inteligentes y tabletas para trabajar, para comunicarnos con amigos, incluso para leer un libro. ¿Puede la gente moderna encontrar un equilibrio que le permita dormir lo que necesita? Esta es la pregunta que se plantean los investigadores en cronobiología y otros científicos que estudian el ritmo circadiano.

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