Una nueva investigación sobre el té y el deterioro cognitivo revela que el té verde reduce el riesgo

Nuevos e interesantes resultados de investigación relacionan el té y el deterioro cognitivo, sugiriendo que el consumo regular de té verde puede ayudar a proteger contra enfermedades como la demencia y la enfermedad de Parkinson. Para entender por qué se ha descubierto que el té verde beneficia el funcionamiento mental, primero es importante comprender el deterioro cognitivo.

El deterioro cognitivo describe un proceso en el que los pensamientos se vuelven más difíciles de procesar, lo que provoca pérdida de memoria, dificultad para tomar decisiones, incapacidad para concentrarse y dificultad para aprender. El deterioro cognitivo suele producirse de forma natural a medida que envejecemos, pero el término también engloba trastornos neurocognitivos como la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades o lesiones adquiridas que afectan al funcionamiento del cerebro. Aunque estas afecciones son más frecuentes en personas mayores, el deterioro cognitivo puede afectar a personas de cualquier edad.

Causas y síntomas del deterioro cognitivo

New Research on Tea and Cognitive Decline Finds Green Tea Reduces Risk 2Cada afección incluida en la categoría general de trastornos neurocognitivos se caracteriza por su propio conjunto de síntomas. Sin embargo, hay algunos síntomas que son comunes a la mayoría de estos trastornos. En general, cualquier forma de deterioro cognitivo puede implicar los siguientes síntomas:

  • falta de memoria
  • cambios de comportamiento
  • dificultades de comprensión lingüística
  • problemas para realizar actividades cotidianas, como la higiene personal o la preparación de comidas

Un trastorno neurocognitivo se desarrolla cuando el sistema nervioso y el cerebro dejan de comunicarse eficazmente. Esto puede ocurrir como consecuencia de un traumatismo cerebral o del abuso de sustancias, o puede ser el resultado de la degradación del sistema nervioso central con el paso del tiempo. Cuando se presentan síntomas de deterioro cognitivo, las pruebas actuales ayudan a los profesionales sanitarios a determinar la causa exacta, así como el trastorno específico relacionado con los síntomas. Esto ayuda a decidir cuál es el mejor tratamiento en cada caso.

El pronóstico de una persona con deterioro cognitivo depende a menudo de su causa. En algunos casos, cuando la afección se debe al abuso de sustancias o a un traumatismo craneal, puede ser sólo temporal. Sin embargo, en el caso de las personas mayores que desarrollan deterioro cognitivo gradualmente con el paso del tiempo, a menudo no hay forma de revertir la afección. Para estas personas, los médicos recetan fármacos y recomiendan cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a frenar el empeoramiento de los síntomas, aunque el proceso en su conjunto no puede curarse ni detenerse por completo.

Aunque el deterioro cognitivo es frecuente en las personas mayores, no afecta a todos los adultos maduros. Hay ciertos rasgos y factores ambientales y de estilo de vida que pueden aumentar el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo o un trastorno neurocognitivo. Los factores de riesgo conocidos son:

  • exposición a metales pesados, como plomo o mercurio
  • enfermedades cardiovasculares
  • diabetes
  • abuso de sustancias
  • deportes de alto riesgo físico, como el fútbol o el hockey

Por supuesto, la edad avanzada también contribuye a la probabilidad de experimentar deterioro cognitivo. Los mayores de 60 años tienen muchas más probabilidades de sufrir deterioro cognitivo que los demás. Aunque se sigue investigando, hay indicios de que la dieta influye en la probabilidad de sufrir deterioro cognitivo. En particular, el consumo de té verde puede contribuir en gran medida a mitigar el riesgo.

Una investigación descubre una relación entre el té verde y el deterioro cognitivo

En un estudio realizado en Singapur, los investigadores examinaron los hábitos de consumo de té de 957 sujetos mayores de 55 años. En concreto, los investigadores analizaron el consumo de té entre 2003 y 2005 y examinaron a los sujetos en busca de trastornos neurocognitivos entre 2006 y 2010 para determinar si existía una correlación. Los investigadores utilizaron modelos de regresión que tenían en cuenta otros factores que podrían interferir en los resultados del estudio.

New Research on Tea and Cognitive Decline Finds Green Tea Reduces Risk 1Aunque el estudio descubrió 72 casos de trastornos neurocognitivos, la evaluación general concluyó que beber té tenía un efecto positivo sobre el deterioro cognitivo. En comparación con los individuos que no consumían regularmente té verde o negro, los bebedores de té mostraban un menor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo. Los investigadores también descubrieron que las mujeres bebedoras de té presentaban una mayor reducción del riesgo de trastornos neurocognitivos que los hombres.

En otro estudio, realizado por investigadores del Proyecto Nakajima, se examinó el consumo de té de 2.845 personas mayores de 60 años. La información recopilada formaba parte de un examen físico gratuito ofrecido a los residentes de Nakajima. Los exámenes fueron exhaustivos e incluyeron cuestionarios sobre el estilo de vida y los hábitos alimentarios, así como pruebas neurológicas y físicas. Una parte de la encuesta pedía a los participantes que estimaran su consumo de té verde, té negro y café como ninguno, de una a seis veces por semana o todos los días.

Más adelante, en la temporada 2007-2008, se ofreció una prueba de seguimiento de la función cerebral, pero sólo 982 de los sujetos originales decidieron participar. De los 982 sujetos potenciales, 492 fueron excluidos por diversos motivos, como el desarrollo de demencia, no completar la encuesta inicial, el traslado a una zona fuera de la comunidad y el fallecimiento. De los 490 sujetos elegibles restantes, se comparó el consumo de té verde, té negro y café con el desarrollo futuro de deterioro cognitivo.

Los resultados revelaron que el consumo de café negro y té negro apenas influía en el riesgo de desarrollar trastornos neurocognitivos. Sin embargo, la menor incidencia de deterioro cognitivo en quienes consumían regularmente té verde confirmó una interrelación. Los que bebían té verde de forma moderada y constante mostraban una marcada reducción del riesgo de desarrollar demencia y otras formas de deterioro cognitivo.

En conjunto, los estudios confirman que consumir té verde de forma regular puede tener un efecto positivo en la fuerza cognitiva a lo largo del tiempo. A medida que se investigue más sobre los efectos del consumo de té en los trastornos neurocognitivos, se hará hincapié en cómo afectan el té negro y el té verde a las distintas funciones del cerebro.

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