El hígado es uno de los órganos más importantes y multifuncionales del cuerpo humano. Desempeña una serie de funciones necesarias para la vida diaria. El hígado se considera técnicamente una glándula debido a su secreción activa de una variedad de hormonas esenciales que regulan el metabolismo. Además, el hígado limpia la sangre, regula los niveles de azúcar en sangre, descompone los glóbulos rojos y produce una variedad de proteínas y vitaminas necesarias para actividades como la coagulación de la sangre y la digestión, y participa en la eliminación de los productos de descomposición del torrente sanguíneo. Además, el hígado produce bilis, por lo que desempeña una doble función: digerir las grasas y eliminar la bilirrubina del organismo. El funcionamiento normal del hígado es importante para prevenir el desarrollo de muchas dolencias.
Existen determinadas sustancias naturales que pueden ayudar a favorecer importantes procesos metabólicos, apoyar al hígado, los riñones y el sistema inmunitario en su funcionamiento normal.
Los siguientes nutrientes pueden contribuir a ello:
Vitamina B12: Esta vitamina hidrosoluble se encuentra en alimentos de origen animal como el pescado, la carne, los huevos y el marisco. Contribuye al metabolismo energético normal y al funcionamiento normal del sistema inmunitario, así como al metabolismo normal de la homocisteína.
La L-arginina es uno de los aminoácidos más importantes. Se encuentra en alimentos como la carne, los frutos secos y las legumbres, pero las semillas de calabaza también son especialmente ricas en este nutriente. Este aminoácido semiesencial interviene en varios procesos metabólicos y puede tener un efecto positivo en la función hepática. En el metabolismo hepático, la L-arginina puede favorecer la descomposición del amoníaco y la formación de urea. La L-arginina también favorece la circulación sanguínea y un sistema inmunitario normal. También interviene en la producción de hormonas como las del crecimiento y la insulina. La L-arginina también contribuye al funcionamiento normal de los riñones.
La glicina se encuentra en numerosas proteínas. La soja, la carne de cerdo, los guisantes y las semillas de calabaza contienen grandes cantidades de este nutriente. Como aminoácido no esencial, también puede ser formado por el propio organismo a partir de serina, L-treonina o glioxilato. La glicina tiene efectos antioxidantes, protectores de las células y antiinflamatorios. Puede favorecer los procesos excretores en el hígado e influir positivamente en la regulación de la glucemia. Además, la glicina puede favorecer una mayor liberación de hormonas del crecimiento.
La L-fenialanina se encuentra en alimentos como la ternera, las lentejas, los anacardos y la avena. Transmite señales importantes entre las células nerviosas y el cerebro. Este aminoácido puede convertirse en sustancias mensajeras como la serotonina o la dopamina, por lo que tiene un efecto estimulante y puede reforzar la memoria. La fenilalanina también es necesaria en el organismo para la excreción de sustancias nocivas a través de los riñones o la vejiga.
La L-tirosina se encuentra principalmente en alimentos como los cacahuetes, los guisantes, los huevos y los productos de soja. Sin embargo, también se forma en el organismo a partir del aminoácido fenilalanina y posteriormente se transforma en otras sustancias, hormonas y neurotransmisores. La tirosina es, por ejemplo, un precursor del pigmento melanina de la piel. En la glándula tiroides, contribuye a que esta glándula produzca suficientes hormonas tiroideas. La tirosina también es necesaria para el funcionamiento de las glándulas suprarrenales y para la formación de glóbulos rojos y blancos.
La L-metionina es otro aminoácido esencial que puede, entre otras cosas, favorecer el valor normal del pH de los fluidos corporales. Este nutriente se encuentra en alimentos como el pescado, la carne, las verduras, el pan integral y el arroz. La metionina es un aminoácido azufrado que interviene en numerosos procesos metabólicos y funciones corporales. Se considera un precursor del glutatión y, por tanto, favorece los efectos antioxidantes y puede ayudar a regenerar el hígado y los riñones.
El poco conocido aminoácido L-treonina también es un aminoácido esencial. Se encuentra en alimentos como la ternera y el pollo, las nueces, la harina integral y los guisantes. Entre otras cosas, la L-treonina favorece el metabolismo normal de las grasas en el hígado. Puede ayudar a mantener un equilibrio proteínico normal en el organismo, así como un metabolismo normal de las grasas en el hígado.
El aminoácido L-serina es importante para el metabolismo normal de las grasas y los ácidos grasos y puede favorecer el sistema inmunitario y el equilibrio energético. Se encuentra en alimentos como la carne, el pescado, las legumbres, los productos lácteos y la avena.
Los aminoácidos esenciales leucina, valina e isoleucina cumplen numerosas funciones importantes en el metabolismo humano, especialmente las del metabolismo de las proteínas en el hígado y los músculos. Muchos alimentos vegetales y animales aportan estos nutrientes.
L-alanina: Alimentos como la ternera, las aves, el pescado, las legumbres, los huevos y los productos lácteos son buenas fuentes de L-alanina. La L-alanina también desempeña un papel muy importante en los procesos metabólicos del hígado y los músculos. También es esencial para la distribución de la glucosa, ya que proporciona energía y puede ayudar a mantener la tensión arterial dentro de unos márgenes normales.
L-asparagina: Este nutriente se encuentra en mayores cantidades en alimentos como los espárragos, pero también en menores cantidades en legumbres, patatas, cereales y huevos. Es importante para la formación de las bases purina y pirimidina, que a su vez son necesarias para el metabolismo del ADN. La asparagina puede tener un efecto depurativo de la sangre y diurético, y favorecer la función hepática.
L-histidina: Se encuentra en alimentos como el atún y el salmón, la carne en filetes y el queso, pero también en la soja, los cacahuetes y el germen de trigo. La histidina es un componente importante de varias enzimas. Desempeña un papel esencial en la formación del pigmento sanguíneo hemoglobina en los glóbulos rojos y, paralelamente, puede favorecer la coagulación normal de la sangre. La L-histidina tiene propiedades antioxidantes y protectoras de las células y puede contribuir a la excreción de metales pesados. También puede contribuir al buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Ácido glutámico: El ácido glutámico se encuentra en alimentos ricos en proteínas como la carne, el pescado y las legumbres. El organismo lo necesita principalmente para convertirlo en el aminoácido glutamina, la fuente de energía más importante de las células. Esta conversión es importante para la descomposición y excreción del amoníaco en el organismo. Sin embargo, junto con la glicina y la cisteína, el ácido glutámico también es un componente del glutatión, uno de los antioxidantes más importantes del organismo, por lo que puede proteger las células de un exceso de radicales libres.
L-lisina: Alimentos como los huevos, los productos lácteos, el pescado y la carne son ricos en lisina. Este aminoácido esencial puede ayudar a formar colágeno y favorecer el metabolismo de las grasas, al tiempo que protege contra los virus y favorece una tensión arterial dentro de los límites normales. Su carencia suele provocar un debilitamiento del sistema inmunitario y/o la caída del cabello.
La L-prolina también puede obtenerse de la carne, los productos lácteos y las legumbres. Al igual que la L-lisina, está formada por ácido glutámico y participa en la producción de colágeno. Actúa como amortiguador dentro de las células y tiene numerosas funciones en el metabolismo humano.
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